martes, 9 de diciembre de 2008

DÍA DE LLUVIA.

No es ningún secreto que me encantan los días nublados y con lluvia. Me fascina pasear por las mojadas calles de cualquier parte del mundo, pisoteando doradas hojas de árboles que caen por cuestiones climatológicas y regenerativas.

El murmullo de las gotas y el breve soplido del viento en mi cara o en mi nuca formando un sin fin de sinfonías nunca compuestas, que se parecen a todas y entre todas y que a su vez son únicas en su propia esencia.

Seguir con la mirada el cauce ocasional de un río poco caudaloso y de intermitente existencia, imaginando tras una empañada ventana sus sonidos y remolinos provocados por pequeños objetos lanzados por los viandantes, presurosos e inconcientes de la belleza que fluye a escasos dos centímetros de las suelas de sus zapatos.

Pensamientos perdidos e inconclusos tras la ventana, arriba el cielo, abajo el suelo mojado y dentro yo y mil imágenes de afectuosas caras y gestos, de miradas a los ojos, de tiernos tactos en aquel chaleco de suave lana verde que vestías bajo tu chaquetón rojo enguatado que levantaba torpemente para sentir tu cintura, de narices congeladas, de bufandas y guantes perdidos en los laberintos de desorganizados cajones de madera con fragancias de flores secas. Y todo ello en mi mirada que atraviesa el vidrio, mirando ahora sin ver el poco caudaloso e intermitente río casual provocado por la lluvia.




Parece que ahora cae más fuerte, las gotas se unen más en su desesperada caída y se hacen más grandes y veloces. Al sacar la mano por el ventanal para comprobar su temperatura provocan leves pinchazos. Está fría. El caudal del río ocasional crece, hace casi imperceptible las pequeñas piedras que aún asoman sus redondeados picos, y los objetos que antes formaban remolinos han sido arrastrados por la corriente, depositándose algunos en los laterales de la misma. Me acuerdo de los Lamas que presintiendo su muerte se retiran a reflexionar a inaccesibles cuevas del Himalaya sobre las tres grandes cuestiones del mundo: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos? Mientras, el líquido elemento rebosa de su improvisado cauce y es sesgado momentáneamente por la ruedas de los coches que secan brevemente la carretera mostrando sus anchas huellas. Todo cambia demasiado rápido para poder ser captado, las luces de los autos se reflejan en las gotas creando un inmenso crisol de ambarinos colores, imágenes fugaces por mi mente, todo cambia, todo fluye, todo se ilumina.

Imagino un pequeño barco peleando con las olas, golpeando el movible plano acuático mientras arrío la Mayor y la Génova antes de meterme en el camarote a contemplar el espectáculo por la escotilla de ojo de buey a esperar, sin prisas, que termine el temporal. Me veo dentro de una cabaña de madera oyendo el repiqueteo de la lluvia en su débil techo de troncos o bajo la cornisa de una parada de autobús, siempre disfrutando de la tormenta. Me veo en todos lados menos en el que actualmente estoy, pero de eso ni me acuerdo.

Lentamente mis pensamientos vuelven a la realidad. Miro el reloj, sólo han pasado quince minutos, lo que viene a ser un ratito, el que ha durado la dura descarga de la tormenta, ahora todo vuelve a fluir más lento. He de volver a mis obligaciones, me dice mi conciencia, y me dispongo a ello, más con el rabillo del ojo, y antes de darme la vuelta diviso las nubes altas y blancas que preceden a la tormenta, con sus redondas y esponjosas formas. Lo siento, por hoy las obligaciones pueden esperar un poco más, no me voy a privar de juguetear a que se parecen sus abstractas formas, aquella un águila, aquella otra el gorro de un pitufo, la de más allá un barco de guerra, esa que viene por allí …


Pd: Y es que no es más que un día de otoño desde mi ventana.

viernes, 14 de noviembre de 2008

TIEMBLEN CIMIENTOS DEL MUNDO

Tiemblen cimientos del mundo, tiemblen. Ya he hecho mis ofrendas a Marte, y como César, me dispongo a atravesar armado el Rubicón sin licenciar a mis tropas.

En mi ausencia he sido humillado, ninguneado y ultrajado, pero no he necesitado defenderme, los signos no me eran propicios, además esperaba que los antes considerados aliados reflexionasen sobre el hecho de tenerme como enemigo y rectificasen sus actuaciones, soy compasivo y comprensivo, pero llegado el momento he decidido tintarme la cara de rojo muerte, de rojo pasión y pasar a al ataque.



Mi ejército, otrora en los cuarteles de invierno, han roto en cantos y alabanzas hacia mí, al conocer la decisión. El sedentarismo no es vida para un combatiente, mucho menos para aquel que ha conquistado grandes territorios conociendo pocas veces la derrota, pero conociéndola, aprendiendo de ella. Es por lo que se que mi ejército es invencible.

Atrás quedaron los buenos propósitos e intenciones, ahora serán Marte, Plutón y Mercurio y no Juno o la Bona Dea los que rijan mi destino, todo ello con la ayuda del todo poderoso Júpiter.

El camino no será fácil, lo se, aún faltan muchos pies para entablar la batalla final, pero cada paso que avanzo se que queda uno menos. Mis enemigos son escurridizos, por lo que tendré que disgregar mis tropas cuando llegue el momento y a la vez estar en todos los frentes abiertos, tengo plena fides en mis lugartenientes, pero no sería justo que privase de mi estrella a mis combatientes, máxime tras saber que la moral de las tropas crece si me ven a su lado. Yo soy su estandarte, su símbolo, yo, el águila.


¿El motivo de la lucha? La venganza, la venganza nos hará libres, todos los míos han sido heridos por una u otra razón, y todos los suyos serán heridos de la misma forma, cada golpe se devolverá diez veces, y cada golpe en la batalla veinte. No os asustéis hermanos, conciudadanos, no somos despiadados, sólo estamos haciendo justicia, esto es: DAR A CADA UNO LO SUYO.

Lo que vendrá después será la paz, aunque la semilla del mal seguirá habitando entre nosotros, es un germen que habitará de por siempre en los corazones de los humanos, y renacerá como lo ha hecho en la época que nos ha tocado, pero ya será otra época, y ya serán otros, los que tomándonos por ejemplo, al igual que nosotros lo hacemos con nuestros mores maiorum, tengan que batallar con ellos.

Avisados quedáis, casposos portadores de anchas patillas y círculos aledaños, falsos portadores de multitud de engaños, egoístas de la verdad ávidos de apariciones públicas y faltos de escrúpulos por el afán del protagonismo, avisados quedáis. Temblad porque J.A.S. ha vuelto al frente de la Decimo Tercera con la consigna de no hacer prisioneros y apoderarnos de todo el botín.

Ya están afilados los gladius y los pugios, ya limpios los escutum y los pilum, reluciente mi galea y mi lorica segmentaria. Ya rezadas las oraciones. Marchemos pues a la batalla y propicios días para tod@s y que Marte sea con vosotros.


Pd: A mi Amigo Perezoso, aquel que acuñó la célebre frase que sirve de fórmula para reconocer a nuestros enemigos: “PerrosFachasPijos”

jueves, 30 de octubre de 2008

QUE SE APAGUE LA LUZ DE LAS ESTRELLAS

Espero que no sean supersticiosos, y a los que lo sean les recomiendo en éste mismo instante que dejen de leer.

Resulta que como se aproxima la importada fiesta de Halloween a nuestro calendario, y que como a mi eso de la importación de fiestas extranjeras no me sienta muy bien y que la corriente histórica que me motiva no es la anglosajona si no la latina, el gregoriano con su santoral en toda regla, me indica que nos aproximamos a las fechas de el día de los difuntos y el de todos los santos.

Paseando por el centro, y al ver las floristerías en plena ebullición de encargos para la citada fecha, me ha dado por pensar algo que desde la más remota antigüedad ha sido motivo de preocupación por parte de todos los humanos:

¿Cómo será el día de mi muerte?

Espero, como todos los que aún continúan leyendo, que me abrace dormido, sin darme cuenta. Es algo obvio ¿No creen? Nadie está exento de dicho pensamiento, a nadie le motiva, creo yo, que esa pérdida de 21 gramos de peso y el cumplimiento de los distintos requisitos a los que hace referencia la doctrina jurídica en relación al artículo 32 del Código Civil que da lugar al cambio de estado sea de forma dolorosa.

No voy a entrar en el peliagudo tema de que se oculta detrás de ese momento, que si un túnel, que si el paraíso, que si el juicio final etc… (Para gustos los colores). No, sobre eso me da aún más miedo pensar que sobre la muerte en sí, ya os lo contaré si puedo y en su momento, si es que vuelvo y me acuerdo, que ese es otro tema.

Lo que me preocupa es como discurrirá el día. Supongo que mis allegados se irán dando la noticia unos a otros, afectando a unos más que a otros y sin saber que decirse entre ellos, es por ello que os pido que evitéis, llegado el momento de usar frases banales para rellenar la conversación a la que da lugar con la comunicación de la noticia, frases como “se veía venir”, “le llegó su hora”, “se lo llevó con Él” y el sin fin de formalismos lingüístico-parlantes que todos tenemos preparados para dichos eventos (por cierto, alguien debería sacar una lista a fin de tener una variedad para ser usados).

Tampoco quiero plantos ni plañideras, es ley universal, de pronto estás y al rato ya no estás, es sólo eso, así que nada de lágrimas, ni tan siquiera de impotencia, a todo cerdo le llega su San Martín, y yo no iba a ser menos (y no es que me considere un cerdo, pero es que no he encontrado otro símil mejor, que le voy a hacer, algunos lo expresarán así y yo ya en ese momento poca defensa podré plantar).

Tampoco quiero flores ni coronas con frases, pienso que las flores son para las mujeres guapas y los pasos de Semana Santa y eso de que “Tus ………… No Te Olvidan” ya lo se que será así, absteneros por favor, si no voy a poder leerlo, y además, pretendo ser incinerado, no hagáis que me quemen con ataúd, flores y demás, que sea una cosa rápida (por cierto, que alguien iguale a los que se dispongan a portar el féretro y organice los relevos. Que me lleven sobre los pies, nada de cambios, que bastantes empujones y embestidas del destino sufrí ya en vida).

Lo que más me preocupa, y no se muy bien la razón, es mi epitafio, quizás por la creencia romántica que encierra el concepto. Cada cual me recordará conforme a las vivencias que compartimos, pero el epitafio quedará grabado en piedra. Para todos. Para siempre.
Por ello quizás sea lo que más me preocupe. Debería ser algo que ensalzara mis buenas virtudes y camuflara mis muchos defectos, empresa nada fácil, es por lo que considero que debería ser algo corto y bonito, al estilo del que le hizo Mika Waltari con Sinuhé, con solemnidad y un toque de humor. Es por lo que apelo a vosotros para que me ayudéis a realizarlo en los comentarios, a fin de tenerlo todo preparado para cuando llegue el momento.

Mientras tanto, y para no asustaros usaré el que hasta hoy creo que será el mejor:

“Que El Infierno Me Espere Largos Años, Y La Muerte Me Perdone Por Mi Ausencia”
“Hoy Fuimos Jóvenes, Mañana Habremos Sido”
“Mis Crímenes No Me Quitan El Sueño”
“Que Me Tengan Los Banqueros En Sus Cuentas, Y Me Odien Los Maridos Traicionados”.
“Que Se Apague La Luz De Las Estrellas”


Pd: De mi escasa herencia y sus legados hablaré otro día, que es que hoy no he encontrado ningún notario, aunque lo podría hacer cerrado y ológrafo, pero es que hoy no tengo ganas.

martes, 21 de octubre de 2008

ACCIONES BÉLICAS

No me considero un héroe, para eso están otros a los que les gusta colgar medallas en sus remangados pantalones y que enseñan gemelos a modo de trofeos.

Ésta es una historia de grupo, que sólo entenderán unos pocos, pero que merece ser contada para no quedar tan sólo en la memoria de los que la vivieron, y no digo en la retina porque en esa situación poco importa el sentido visual.

Corría el año 1997, y en la campaña bélica nuestros generales no habían previsto bien ni el aprovisionamiento de las tropas ni el refresco de las mismas, creo que debido a la situación transitoria de poder existente en el estado. Tropas mal entrenadas y con pocos veteranos, eso sí, todos contentos de ir a la lucha ese jueves primaveral. Uniformados de negro y blanco como pocas veces, con el fajín de gala y los cascos que empezaban a ser de colores, excepto el de los veteranos anónimos que tan sólo lo lucían de blanco o negro.

La batalla empezó a fraguarse tácticamente a las 12:30 hora zulú. En la cantina y con el uniforme de paseo nos deseábamos suerte como es tradición para más tarde despedirnos de la familia y ponernos el traje de campaña. A las 16:30 horas nos fue entregada la misión, una pequeña porción de papel plastificada para evitar que con la sudoración del fragor de la lucha se deteriorase impidiendo la visión del objetivo marcado.

Y comenzaron las hostilidades, al principio, y como en todas las contiendas la tropa las acogió con alegría, bromeábamos bajo el fuego enemigo con los comentarios y acciones del Sr. Leroy Johnson, Cabo 1º de nuestro batallón. Entre risas avanzábamos bien hasta el objetivo.

Los problemas empezaron en la senda de la serpiente, donde el enemigo bombardeó ambos flancos de nuestra formación, y continuaron castigándonos por toda la explanada mesetaria de San Francisco, lugar en el que fuimos relevados en la avanzadilla de reconocimiento por tropas de refresco. Conociendo la potencia del enemigo nos echamos las manos a la cabeza al ver la inexperiencia de las tropas que nos relevaron, y la actitud soberbia de sus componentes. Que atrevida llega a ser la ignorancia. Me quité el casco y deseé suerte a uno de los pocos soldados de primer año que me caía bien, el soldado Morrillo. El avituallamiento duró poco, conscientes de que estaríamos en el frente en breve comimos y bebimos poco. Nuestra próxima incorporación a la batalla era en el vértice de la tundra canónica y hacía allí nos dirigimos, El Sr. Leroy, los Sargentos Sutherland y Clooney y como no, yo con ellos.

Al llegar al punto X el deterioro de las tropas era aterrador, bajas por inexperiencia causadas en el bosque columnario que debido a su planicie había sido plagado de minas.
Así debió de ser el panorama escuchado por los presentes cuando comenzaron a sufrir:

Allí se decidiría la contienda, en la ascensión al cerro del Cod, también conocido como Salty Fish. La única forma de subir era por una estrecha senda. Empezamos la ascensión a ritmo lento, aguantando el continuo bombardeo que sufríamos, a los pocos metros mi referencia delantera fue herida, el Sr. Leroy se encargó de mantener en esa línea al enemigo a raya, por detrás nos defendíamos como podíamos, conscientes de que un corte en la formación nos llevaría a la derrota, detrás mía, el Sargento Sutherland se hacía con el flanco derecho y en el izquierdo el Sargento Clooney y sus hombres hacían lo propio. Avanzábamos ahora de forma renovada, con vigor, incluso luciéndonos. Fue entonces cuando me percaté que a mi lado avanzaba el soldado Morrillo, lo vi temblar y reírse al mismo tiempo, 20 metros para llegar al objetivo, más temblaba, 10 metros seguía temblando pero avanzaba con nosotros. Nos arengábamos, nos dábamos ánimos, llegamos arriba, y ahora lo más difícil, conseguir hacer que el enemigo girase en torno a nuestro flanco izquierdo sin que se descompusiera el ataque, y Morrillo seguía temblando y riendo. No quise hablarle, supongo que la risa en momentos de nervios es una reacción incontrolable, hasta que al fin lo conseguimos, plantamos la bandera en la cima del cerro entre vítores y aplausos. Tras conquistar el cerro todos sabíamos que el resto de la jornada sería tan sólo avanzar hasta llegar al campamento, sin hostilidades supremas. Morrillo y yo nos abrazamos, como todos los que compartimos aquellos malos momentos, que ya hoy en el recuerdo son buenos. En ese momento no pude más que preguntarle la razón de su sonrisa mientras avanzábamos, y su respuesta fue algo parecido a esto:

http://es.youtube.com/watch?v=rAh9UxHkPnE&feature=related

Desde entonces siempre viene con nosotros y, aunque también tiene escaramuzas en las que no podemos ayudarnos cierto es que fue allí donde aprendió que determinadas cosas hay que tomarlas con calma, aceptando el sufrimiento sin desfallecer, ya que con el trabajo en equipo de personas que comparten esta filosofía de lucha es muy difícil perder una contienda.

Pd: A mi Amigo Nefer.

martes, 30 de septiembre de 2008

ELLA Y EL OSCURO PASAJERO.

La conocí siendo aún muy joven, aunque no le presté atención hasta más tarde. Jugueteé con ella en un principio y después sucumbí a sus encantos, no pudiéndome resistir a ninguno de ellos.

Sabía que me hacía daño, mucho daño, pero continué siempre con nuestra nociva relación, hasta que un día me planté y conseguí abandonarla.

Fui feliz durante un tiempo, pero añoraba el tiempo pasado junto a ella, cada minuto, cada segundo. Era en esas ocasiones cuando aparecía mi otro yo, el que tiene necesidades inconfesables. Él tiene esa necesidad, y yo lo sufro dentro de mi, como miles de voces escondidas susurrándote “así es la vida”. Y luchas contra la presión, una creciente necesidad que te engulle como una ola, pinchando, provocando y obligándote a alimentarla. Pero los susurros aumentan hasta convertirse en gritos, y son la única voz que oyes. La única voz que quieres oír. Y estás a merced de ella, de esa sombra de ti mismo, de ese…oscuro otro yo que te empuja a ella. El oscuro pasajero.

Me llamo J.A.S. y no estoy seguro de lo que soy cuando estoy sin ella. Se que hay algo…oscuro dentro de mi, y lo escondo. Nunca hablo de ello, pero está ahí, siempre. Es un oscuro pasajero que me empuja a ella, y cuando él toma el control me siento vivo. Harto de la emoción del que hace algo que no está bien, y no me opongo, no quiero hacerlo. Es lo único que tengo. Nada más podría amarme, ni si quiera…ni si quiera yo mismo.

¿O es sólo una mentira que me cuenta el personaje oscuro? Porque últimamente hay momentos en los que siento…conexión con algo más, con alguien, como si la máscara se esfumase, y las cosas, y las personas que nunca me habían importado empezaran a importarme cuando estoy sin ella y sin mi pasajero.

Todo esto me da mucho miedo.

Me molesta la gente que dice que en ningún caso lograría entender lo que ellas han vivido, pero ningún ser vivo podría soportar mi verdad. Ella siempre sospechó que escondía algo, ahora lo sabe. Sabe que quiero abandonarla para siempre.

Creo que mi diablo ha bailado con su demonio y la canción del violinista está lejos de acabar, pero en algún momento ha de empezar a apagarse. A veces me imagino que ocurriría si destapara todo lo que tengo dentro y la rechazo, espero saberlo, mientras tanto vivo escondiéndome cuando estoy con ella. Mi supervivencia depende de ello.

Si los ojos son el espejo desalma, el dolor debe ser la puerta hacía ella, y mientras esté cerrada es la barrera entre el saber y el no saber. Si te alejas de ella seguirá cerrada para siempre, y si la abres y la atraviesas el dolor se volverá una realidad.

Y ahora he de luchar por mi propia supervivencia y abandonarla, algo que siempre supe que llegaría. Llevo toda la vida preparándome para esto. Cuando todo se acabe espero haberla olvidado para siempre.

Pd: Tranquilizaos, estoy hablando de mi adicción a la nicotina. ¿Verdad que pensabais que me había vuelto un Psicópata?

viernes, 19 de septiembre de 2008

ADIÓS CANIJA ADIÓS.

No recuerdo el momento exacto en el que nos hicimos amigos. Al principio sólo fuimos compañeros de trabajo, pero supongo que fue el destino el que nos unió a forjar una amistad que se nutre de esos pequeños detalles cotidianos a los que no prestamos ninguna importancia, hasta hoy que se que la tendré lejos un largo periodo de tiempo.

Supongo que fue la educación, sí, eso fue seguro, la educación, lo que empezó a unirnos, el usar el “por favor”, el “te importa si…” y el sin fin de modismos que una persona educada emplea con otra a la que reconoce su igual. Sí, sin duda, en el mundo en el que nos movemos ambos esas cosas importan, y seguro que fue eso lo primero que me llamó la atención de ella y lo que la hizo merecedora de que formara parte de mi selecto grupo de personas a tener en cuenta.

Más tarde, al avanzar el tiempo y debido a nuestra sed económica y a la irracionalidad de nuestros turnos laborales, empezamos a pasar demasiadas horas juntos, y así fue como nos contamos nuestros avatares y periplos de los años de nuestra existencia, a la par que a descubrir nuestras personalidades. Yo no puedo decir lo que ella opina de mi, aunque denoto que el cariño es recíproco debido a sus continuas demostraciones cotidianas, a esos detalles de los que hablaba antes, pero si puedo decir lo que percibo de ella.

No es rubia, aunque nadie se atrevería a decir lo contrario, y quien lo diga que lo demuestre, y entre sus virtudes no están ni la paciencia ni la contención, lo que siente lo dice, y aunque a veces su prudencia se lo impide, casi siempre dice lo que piensa y en el momento en que lo piensa, circunstancia que le hace por otra parte, estar metida en todos los fregados. Pero yo la quiero así, vivaz, despierta, alerta siempre.

Fiel amiga de sus amigos, y aunque no es fácil ostentar verdaderamente dicho título, aquel que lo posee se sabe ciertamente propietario de un valor ilimitado, que lo dota de fuerza y coraje para saberse siempre respaldado de una defensa sin límite. Sí, porque a ella le gusta defender a sus amigos, y aunque inconscientemente sepa que se está metiendo en un nuevo fregado, siempre sabe que por sus amigos merece la pena meterse y mantener un nuevo frente abierto.

Divertida, inteligente, letal cuando se trata de reñir sobre todo a los que estamos más cerca de ella, valiente en sus decisiones aunque en ésta de marcharse temporalmente de su ciudad esté demostrando un poquito de pánico, previsora hasta lo impredecible. Guapa, fotogenicamente perfecta aunque no sepa poner morritos, ella es Reyes. La Canija.

Yo, por mi parte me siento colmado con la amistad que me da y que me demuestra, por esas uñas sacadas al más mínimo comentario en mi contra, por esos cafés e incontables helados compartidos a horas inimaginables y por ese sin fin de pequeños detalles que la hacen única, irrepetible, irrenunciable.

Huelga decirle que tenga cuidado en su nuevo destino, que mantenga el contacto, que lo hará, que no nos olvide, que no lo hará y que disfrute, porque para eso están los lapsos temporales que Dios concede a la rutina de la vida, para disfrutar y hacernos disfrutar al resto cuando nos relate sus nuevas aventuras.

Adiós mi otra rubia, mi amiga, mi defensora, mi otra hermana pequeña, mi canija.



viernes, 12 de septiembre de 2008

LA MUJER QUE YO SUEÑO.

La mujer que yo sueño nació en las praderas rojas del mar de mis destierros. Vivió encerrada en su olvido, feliz como todos y sin ser consciente en su infancia, de cómo las gastaba éste sucio mundo. Y en su ignorancia crecía, jugando con sus hermanos y primos, con sus muñecas y su elástico.

La mujer que yo sueño fue dejando atrás su infancia, y se fue dando cuenta que sus padres no se amaban igual todos los días, pero que al fin y al cabo se amaban.

La mujer que yo sueño se enamoró de un muchacho de su pandilla, del que aún guarda buenos recuerdos. Creyó que ese era el amor de su vida, hasta que la misma vida rompió los ideales sueños de la adolescencia y los fue transformando en rutina.

La mujer que yo sueño probó el elixir del carmín en sus labios, descubrió los secretos de la imagen y la imbecilidad de los hombres al descubrirla, y se hizo fuerte en su posición de reina. Jugueteó con unos y otros, ganó y perdió en amores, pero aprendió de todos, creando con ello la primera criba, la primera lista de prioridades mientras seguía añorando infantiles épocas de muñecas y elásticos.

La mujer que yo sueño se creyó dueña de su destino, sin saber que es el destino el amo y señor de todos los sueños, y cayó, y resucitó cual mitológico Fenix, aliándose con Las Parcas para no volver en los errores de antaño.

La mujer que yo sueño aprendió a dar amor, y a recibirlo sin exigir nada a cambio, empezó a ser la persona que ella soñaba, empezó a conseguir sus objetivos, y aunque de vez en cuando pide ayuda para su alma, se sabe tan fuerte que considera que ya nada la hará flaquear, pues su coraza de los bagajes le impide volver a cometer errores pasados.

La mujer que yo sueño me permitió que la amase, y yo, mongolo de la vida o del destino no quise o no supe dar todo lo que debiera. En ese momento, en el de amarla, dejó de ser la mujer de mis sueños para convertirse en la mujer del presente, más al desaparecer posteriormente se convirtió en la mujer añorada.

La mujer de mis sueños ya no existe físicamente, es el cúmulo de todas las buenas cualidades de las mujeres de mi vida, y realmente no quiero que exista, pero la añoro tanto…


lunes, 1 de septiembre de 2008

INTENTARÉ...

Dios mío!! Tres de Septiembre ya!!

El verano toca a su fin, la gente ha vuelto de sus vacaciones, algunos más pelados de lo que se fueron y a otros nos ha tocado quedarnos aquí y seguimos igual de pelados.

Ésta fecha, de pequeño, es en realidad la que marca el inicio del año, o de ciclo, como lo prefiráis. Se llegaba morenito de la playa o de las piscinas, se preparaban los exámenes de septiembre, se volvían a ver a los amigos de los que nos separamos al marchar de vacaciones, entendiendo tales como un ideal, como un pequeño paréntesis que en su intervalo nos dejó tantos sueños e ilusiones que jamás se materializaban, y que desaparecían mucho antes de llegar el día quince.

Nos contábamos las aventuras que habíamos tenido en tal o en cual sitio. Añorábamos situaciones por primera vez, y sufríamos por esa añoranza de forma pasajera.

Al pasar los años aún me queda un poco de aquella sensación, de cambio de ciclo, pues es en éstas fechas, al igual que en año nuevo, cuando me marco los buenos propósitos a cumplir en el año. Es por ello que ésta entrada pretende contener una declaración de intenciones, que de seguro para el día quince de octubre ya se me habrán olvidado, pero que al ser plasmadas por escrito, quizás logren persuadir a mi conciencia, bastante permisiva con todos y en especial conmigo mismo, de mantenerlas y cumplirlas.

No me exijo grandes metas, he fracasado tantas veces en tantas cosas, que se positivamente que en la vida es mejor afianzar tus pasos y posiciones que subir y esperar el batacazo posterior, constantes máximas en mi devenir diario, por ello, en principio, intentaré mantenerme en mis múltiples obligaciones sin pensar que de alguna de ellas me causará el temible hastío que desemboca en la pereza, y si puedo, y veo la ocasión, mejorar en algunas, tales como el tacto a la hora de hablarle a las personas que me rodean, pagar mis mosqueos y mis ataques de ira sólo conmigo y no agobiar a nadie con ellos o demostrar mi afecto, el verdadero, a las personas que debo demostrárselo.

Intentaré también ser justo en mis decisiones, dar a cada uno lo suyo, siendo menos egoísta a la hora de adoptarlas y pensando siempre en el perjuicio que pueda llegar a causarle a los demás. Denunciaré las injusticias que vea a mi alrededor, poniendo especial inca píe en la protección de los débiles.

Intentaré perdonar a aquellos que me hicieron daño o que intentaron causármelo, voluntaria o imprudentemente, atendiendo a las agravantes y a las atenuantes que dimanen de cada caso. Tarea ésta harto difícil no sólo para mí, creo que en general para todo el mundo, pero supongo que el tiempo y la buena voluntad todo lo curan. Bueno, todo no, pero casi. Confiaré en que la fe obre milagros, pues otra no me queda.

Intentaré que no me ciegue la codicia. No es más rico el que más tiene, lo es el que menos necesita y el que más amigos tiene, pero de los de verdad, ya que si de tan sólo uno de ellos se deriva un tesoro, ¿Que no se derivará de unos cuantos de los buenos?

Intentaré ser más feliz y no dejar que esa responsabilidad recaiga sobre otros. A su vez, intentaré hacer más feliz a los demás. Si es cierto que quien siembra viento recoge tempestades intentaré plantar semillas de ambrosía y néctar y repartirlas cuando crezcan y maduren entre mis semejantes sin esperar nada a cambio.

Intentaré hacer tantas cosas que algunas se me van a quedar en el tintero, pero que creo que puedo resumirlas en la premisa de "ser buena persona", entendiendo como tal la definición que da el profesor Paul Kurtz, que desglosa el enfoque en dos grandes grupos, denominado al primero como el de "Las Decencias Morales", que englobarían la integridad personal, el ser digno de confianza, la buena voluntad y el sentido de la justicia, y que forman la base de la convivencia en las sociedades; y el de las "Excelencias Éticas", el segundo grupo, que vienen a conformar una vida plena y rica para el sujeto, y que estaría compuesto por la autonomía, la inteligencia, la autodisciplina, el autorrespeto, la creatividad, la alta motivación, la actitud afirmativa, la alegría de vivir y la buena salud(entendida como hacer una vida sana en su justa medida).

Pues lo dicho, espero que algunos os suméis a la iniciativa, aunque sólo nos dure hasta el quince de octubre, y que entre todos creemos un mundo mejor aunque sólo sea por ese breve espacio de mes y medio mal contado.

Pd: Intentaré pedir más veces "perdón" cuando sea necesario, y que no me cueste tanto decir "Te Quiero"

lunes, 25 de agosto de 2008

VIAJE A LA NOSTALGIA.

He tardado un poco en volver a crear una nueva entrada, lo se, y por ello pido disculpas a mis habituales lectores. Las razones son varias. Una es la pereza que produce sentarse en la época estival ante las teclas del ordenador, otra los numerosos compromisos sociales que me impiden tener un rato de paz para poder ordenar mis ideas y darles la forma adecuada de una entrada digna, por todo ello pido perdón a los que demandan algo más de su lectura habitual y les doy las gracias a su vez por seguir mis pequeñas historias.

El caso es que entre muchos de los compromisos a los que he tenido que acudir en ésta pasada semana, hubo uno que me gratificó enormemente. Tuve que marchar a la sierra norte de Sevilla, al pueblo de mi padre, La Puebla de Los Infantes. Muchos no sabrán donde se encuentra, y poco importa para lo que os quiero contar, añadir que no es más que un municipio de sierra, como tantos otros de la provincia, con su particular encanto de conservar aún tradiciones milenarias como la recogida de la siembra o el vareo de los olivos. Poco llama la atención al forastero, como dicen allí a los que no habitan en el municipio desde hace más de dos generaciones, pues como yo, son muchos los que acuden sólo a la feria del 15 de Agosto, cuando procesiona la Virgen de Las Huertas, que como toda imagen mariana de pueblo tiene una bonita leyenda ideada probablemente por el párroco de turno para atraer feligreses.

En definitiva, la población en esos días aumenta considerablemente, pasando de los 1200 habitantes censados a los 5000 familiares que vamos a visitar a nuestros parientes, creando pues una microciudad cosmopolita, enriquecida por todos los que regresan periódicamente tras el gran éxodo migratorio de los años sesenta. Es enriquecedor encontrar a viejos amigos con los que acostumbraba a pasar los tres meses de verano y saber de sus vidas, volver a ver a la familia, a la que escasamente ves tres veces al año, pero que seguimos conservando ese sentido de clan alrededor de la indivisa propiedad que dejaron en herencia mis bisabuelos.

Dentro de esa propiedad, cada estirpe del clan tenemos un espacio del que se encargan las mujeres de la casa, no es que yo sea machista ni nada por el estilo, es que las costumbres no se cambian de la noche al día y la sociedad rural se mantiene atada al sistema matriarcal que crearon nuestros ancestros. Pues bien, dentro de este espacio, sin fronteras familiares acotadas, todo sea dicho de paso, tengo mi pequeño cuarto, y digo cuarto ya que no lo considero mi habitación, pero sí llegué a considerarla así antaño, en el pasado, en el momento de vivir aquello de las primeras cervecitas a escondidas, los primeros cigarrillos, las multitudinarias pandillas compuestas por infinidad de miembros de distintas provincias, incluso de distintas nacionalidades, los primeros amores (no los grandes, que eso los tengo reservados en otra parcela de mi vida y para mi particular niña de los ojos verdes), pero sí los primeros, que al ser tales conservan esa idea de frescura e inocencia propias de la edad. Mis deberes de matemáticas, que siempre fueron para mi asignatura pendiente del verano y que tras aprender las cuatro reglar básicas se convirtieron más tarde en una de mis asignaturas favoritas, los de química, que nunca llegué a aprender del todo, y todo ello a la hora de la siesta, y todo ello en mi cuarto, en el que entra la luz desde la ancestral persiana de madera con polea circular accionada por una cuerda.

Quedaba allí, aún, mi primer radio cassette, y ese día, ya sin deberes y con la mera intención de dormir la siesta accioné el botón de encendido. Como un misterio escondido que se encontrara esperándome empezó a sonar una canción que me dejó extasiado, comienza así, y como sigo siendo torpe en labores informáticas os dejo el enlace para que disfrutéis de ella, seguro que todos tenéis un lugar así.
" Donde nos llevó la imaginación... ".

viernes, 15 de agosto de 2008

Amores Imposibles.

Vagueando por las ondas radiofónicas escuché no hace mucho una historia que por simple me cautivó. No se si seré capaz de reproducirla fielmente debido a mi memoria de pez, lo que sí se y querría es haceros partícipes de éste bello relato, que como digo, vino a mi oído en una calurosa y no menos bella noche de agosto.

Cuenta la leyenda, que el Sol y la Luna cayeron prendados uno del otro la primera vez que se vieron, a partir de entonces iniciaron una relación nada convencional, llena de amor, pasión y ternura. El mundo, por aquel entonces, aún no existía, pero el día en que Dios decidió crearlo, doto a los dos amantes de su particular brillo, otorgándole al Sol la Luz del día y a la Luna la de la noche, condenándolos por tanto y para siempre a vivir separados.

La Luna, a pesar del brillo otorgado fue apagándose poco a poco, debido a la tristeza de sentirse apartada de su ser amado, en cambio el Sol fue fortaleciendo su título, llegando a ser llamado “El Astro Rey”, pero el título no lo hacía feliz, haciendo sentir sobre el mundo sus enfados y berrinches involuntarios y no sabiendo modular su calor debido a sus ataques nostálgicos, provocando así los desiertos y las zonas áridas que aún quedan en nuestro planeta.

El Creador disgustado por la situación los llamó a los dos al orden, y en audiencia privada les habló de la siguiente manera:

- Tú, Luna, iluminarás las noches frías y calientes del planeta, serás objeto del elogio de los poetas y proyectarás tú luz sobre los amantes, encandilando a los enamorados y consolando a los que sufren el desamor. En cuanto a ti Sol, iluminarás los días, darás calor al ser humano y lo harás así más feliz, serás por tanto el más importante de los astros. Marchad y cumplid con vuestro destino.

La Luna más triste se puso con ese cruel destino y lloró amargamente, el Sol al verla tan triste, decidió que no podría ser débil, ya que debía darle fuerzas y ayudarla a aceptar lo que Dios había decidido, pero preocupado por la tristeza de la Luna marchó a hablar con el que todo lo puede, rogándole de ésta manera:

- Señor, ayuda a la Luna, es más débil y frágil que yo, y no soporta la soledad de su destino.

El Señor, comprendiendo su involuntario error por haber separado irremediablemente a los amantes creo las estrellas del firmamento para hacerle compañía a la bella Luna, y la Luna recurre a ellas cuando está muy triste, pero a pesar de que ellas hacen todo lo posible por complacerla, hay veces en que no logran levantar el ánimo de la dulce Luna.

Hasta la fecha, ambos viven así, separados. El Sol fingiendo que es feliz en su posición de “Astro Rey”, pues no puede permitirse debilidades, y la Luna sin poder disimular su tristeza. El Sol vive ardiendo de pasión por ella, y la Luna vive en las tinieblas de su pena.

Algunas fuentes dicen que la orden de Dios era que la Luna debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo logró… porque es mujer y una mujer tiene sus fases, que por lo general son de 28 días. Cuando es feliz, consigue ser llena, pero cuando es infeliz es menguante, ni siquiera es posible apreciar su brillo. Luna y Sol siguen así su camino, él solitario pero fuerte y ella acompañada de la estrellas pero débil.

Es de esa debilidad de la que se intentan aprovechar los hombres, que intentan conquistarla (como si eso fuera posible). Algunos incluso han llegado a ir hasta ella, con halagos y presentes, pero siempre volvieron solos, nadie consiguió atraerla, quizás porque aún no ha olvidado al Sol, o quizás porque aún, aunque distantes, alguna que otra vez logran verse a escondidas.

Cuentan que Dios, decidió que ningún amor en éste mundo fuese realmente imposible, y fue en ese instante, mediante complejos cálculos matemáticos, cuando concedió a ambos una gracia, los armó de movimiento, permitiéndoles hasta la fecha lo que se conoce como el Eclipse. Sol y Luna viven esperando esos momentos que les fueron concedidos y que tanto cuestan que sucedan.

En ese acto de amor llamado Eclipse, el Sol cubre a la Luna o viceversa, echándose uno encima del otro, amándose y liberando tal brillo, que se aconseja no mirar en ese momento al cielo pues tus ojos pueden verse cegados al ser liberado tanto amor.

En fin, ya sabéis la bella historia de amor del solitario Sol y de la triste Luna, y sólo recordaros que tarde o temprano puede ser también la vuestra, pues los hilos del destino sólo son manejados por el creador, y como bien dijo el profeta, “Los caminos del Señor son…”

Pd: 16 de agosto de 2008. Eclipse de Luna en el signo de Acuario.

domingo, 10 de agosto de 2008

ESA COSITA

Suelo reunirme los viernes con un grupo de personas, perdón, de grandes personas, en torno a una barra compartiendo una pasión, nunca mejor dicho, común. Pero no voy a hablar de ello, hermanos, no os asustéis, lo que pasa bajo la parihuela cuando están los faldones puestos debajo se queda. Aunque sí que haré referencia a un comentario que se hizo, medio en broma medio en serio que me tiene dándole vueltas a la cabeza desde entonces.

En él, el comentario, uno de los tertulianos hablaba de una Hermandad que tiene su sede en la iglesia que hay delante del final de la calle Regina, agrupando a ésta entre las Hermandades de la calle Feria. Otro de los presentes le increpó, alegando que no, que no es así, que las Hermandades de la Calle Feria tienen “esa cosita” que les da su sitio especial entre las corporaciones sevillanas.

En el momento no le presté atención al comentario más que como una simple gracieta, un requiebro de la bien sembrada verborrea del tertuliano en cuestión, pero se me clavó en la mente. Yo, ario de San Lorenzo, tengo el enorme honor de pertenecer a más de una de esas Hermandades de la Calle Feria, una por amistad y por verla crecer desde chica, y a la que no haré referencia porque son otros los motivos que me unieron a ella, y otra, a la que me vinculo un gran amigo, desobedeciendo incluso las directrices de mi señor padre y de la que no entendí nunca demasiado bien como mi progenitor llegó a recabar allí, pues él también es ario de San Lorenzo.

El caso es que tras montarme en mi vehículo me puse a pensar si yo tenía “esa cosita”, es decir, si era digno de pertenecer a esa Hermandad, y lo que es más importante, ¿Qué es “esa cosita”?

Buscando una definición para poder encuadrarla se me vino a la mente la forma de expresarla por parte del tertuliano anteriormente mencionado, la dijo entornando los ojos y con la cabeza ligeramente ladeada hacia la izquierda, mientras con el pulgar de su mano derecha acariciaba su anular y corazón al mismo tiempo en un movimiento circular siguiendo el sentido de las agujas del reloj. Sí, eso es “esa cosita”, pero ¿Cómo expresarlo?

Llegué a la conclusión de que no es una cosa sola, que es una mezcla de sentimientos nacidos todos de un mismo barrio, que lleva en ella la sabiduría de la gente de la calle, de La Calle Feria, del Jueves, de el mercado de la parte ancha, y de toda la idiosincrasia de La Plaza de Los Carros. Con ésta idea me fui satisfecho el viernes a la cama.

No fue suficiente por lo visto para mi mente, pues en la cama reviví un sueño en el que vi al Señor de La Oración revirando en Alemanes hacía Argote de Molina, el paso cuadrado y a compás, sin ir para atrás, y cuando llega el cambio yéndose con el costero largo de la poca vergüenza, recogiendo un poquito y volviendo a los cinco pasitos del vacilar sin fin, pero claro, eso tampoco es una definición.

Me levanté el Sábado perturbado por la misma idea, pero entre unas cosas y otras, unidas a una celebración familiar fuera de Sevilla, se fue diluyendo el tema, hasta que llegó la hora de regresar a Sevilla, la soledad y tranquilidad del coche me pusieron de nuevo en alerta, hasta que llegué a mi casa y lo miré a los ojos en busca de una respuesta, y la encontré.
Encontré en su mirada “esa cosita”. Terminó entonces la búsqueda de toda definición posible.
Él es un Todo, y como tal no puede ser definido, por tanto, tampoco se puede definir una parte de ese todo sin obviar “esa cosita”, que ahora sí se lo que es y presumo de tenerla, tanto para lo bueno como para lo malo, sin olvidar que sigo siendo de San Lorenzo pero que se me da bastante bien ser adoptado tanto por Él como por mis arios de la Calle Feria.

"Esa Cosita"


domingo, 3 de agosto de 2008

TARDES MITOLÓGICAS

Es curiosa la forma en la que se van acumulando objetos inservibles en una habitación concreta de la casa. La razón, creo yo, es la comodidad de poder soltar dichos objetos en una habitación vacía, así no perdemos tiempo jamás en ordenarlos, ni en pensar a que posible segundo uso podemos destinarlos.

Pero llega un momento en el que la puerta de esa habitación ya no vacía no puede ni cerrarse, y no te queda más remedio que perder…no, perder no, dedicar un día de tu vida a hacer acopio de cosas útiles y de cosas inútiles que se deben tirar.

Fue así, en una caja llena de papeles dónde los volví a ver, mis viejos apuntes de Griego. Sí, yo hice letras puras, y en tercero de B.U.P., sí, también hice B.U.P. se daba Griego. Ciertamente nunca fue una asignatura que me llamara demasiado la atención, de lo poco que recuerdo es que era como el Latín pero con un alfabeto distinto, lo que le daba cierto grado de diversión, por aquello de poder escribir un lenguaje que pocos pueden entender. Aunque lo más curioso de la asignatura era que de las tres horas lectivas que teníamos semanalmente, una de ellas estaba dedicada a la mitología.

Rápidamente obvié todo lo que olía a gramática y a declinaciones y me lancé a la búsqueda de los temas mitológicos, en concreto del mito de Prometeo, que siempre fue un relato que me encantó, al igual que su posterior evolución y adaptación a la religión católica.

Cuenta la leyenda -en realidad lo cuenta Esquilo en una de sus tragedias pero es que así queda más místico ¿no?- que el Titán Prometeo, harto de que los hombres veneraran con más fervor a Zeus que a él mismo decidió sacrificar un buey en honor del Dios del cielo y el Trueno. Preparando el sacrificio dividió la res en dos sacos de cuero, introduciendo en uno la carne jugosa y blanda y en el otro sólo los huesos del mismo, eso sí, untados con grasa. Posteriormente invocó a Zeus y le dio a elegir entre los dos sacos. El Rey de los Dioses del Olimpo movido por el olor y la codicia eligió el saco de huesos. Cuentan que las risas de Prometeo llegaron a todos los confines del Cosmos, y que hasta el gran Atlas que sujetaba el mismo sonrió al tener conocimiento de la noticia.

Zeus indignado y conocedor del amor que Prometeo sentía por la raza humana castigó a éste retirando el don del fuego de la faz de la tierra. Los yunques de las forjas dejaron de sonar, y de ellos no volvieron a salir arados ni herramientas con los que trabajar la tierra, no hubo lámparas para cuando el sol descendía y cedía el mundo a las tinieblas y los niños y ancianos no tenían lumbre en la que calentar sus huesos o asar las carnes especiadas que emitían efluvios a través de las chimeneas. La raza humana se sumió en la tristeza al perder uno de sus bienes más preciados.

Prometeo, sintiéndose culpable por el hecho, y haciendo uso de su rango como Titán, sabía que existía una gruta sagrada en una isla que llegaba hasta la fragua de Hefesto, en el centro de la tierra, donde ardía el conocido fuego perenne (algunos autores asocian la descripción de ésta gruta sagrada con el túnel volcánico más largo del mundo, que se halla en Lanzarote, conocido también como túnel de la Atlántida o puerta del infierno, de hecho hasta se sienten orgullosos de un gracioso diablillo que dicen, los lugareños, custodia las puertas del reino del maligno). Como decía, que me pierdo, Prometeo viajó hasta la gruta sagrada y robó el codiciado fuego en el tallo de una cañaheja, por ser el material más apropiado para poder ser transportado con celeridad y sin que se apague, y así se lo devolvió a los hombres.

El Rey de los dioses montó en cólera al ver arder de nuevo las chimeneas de los hombres y condenó a Prometeo a que fuera encadenado por Hefesto en el Cáucaso y que un águila, le devorase el hígado de día, hígado que al caer la noche se reproduciría para volver a ser devorado a la salida del sol, es el riesgo que se corre si eres inmortal (y ahora que nos diga Hollywood lo originales que son sus guionistas con aquello del día de la marmota). No más cruel fue el castigo que les tenía deparado a los hombres, para los que Zeus ordenó a Hefesto que moldease a una mujer de barro a la que el Dios le dio vida, y se la mandó como esposa a Epimeteo, el hermano de Prometeo, que previamente le había advertido que no aceptase ningún regalo de los dioses. Haciendo caso omiso de ello Epimeteo aceptó el regalo de Zeus y se desposó con la mujer de barro, a la que previamente se le había entregado un ánfora con todos los males conocidos, ánfora que no debía abrir, aunque la curiosidad de Pandora fue superior a la advertencia y terminó destapándola (¿Os suena de algo ésta historia? De lejos sólo ¿Verdad?).

Pues el hecho duró hasta que un día Heracles, Hércules para los amigos de la mitología latina, pasó por allí de camino al jardín de las Hespérides, y de un flechazo mató al águila. En agradecimiento Prometeo reveló a Heracles el modo de obtener las manzanas de las Hespérides. Zeus no volvió a castigar a Prometeo, no olvidemos que Heracles es el hijo favorito de éste y se supone que en agradecimiento la dejó en libertad y le restauró sus honores, sólo le obligo a llevar consigo un anillo al que se le engarzaría un trozo de la piedra a la que había sido encadenado.

Los atributos de Prometeo fueron después adjudicados a Santiago apóstol, es decir, sus báculo, sus zapatillas aladas, su brizna, por esa inteligencia que siempre tuvo la iglesia católica de amoldar su doctrina a los mitos paganos para aumentar así el número de fieles.

En definitiva, que sigo teniendo un cuarto sin ordenar y que he de ponerme a ello. Espero que mi forma de relatar tan conocido pasaje mitológico no os aburra. A mi, particularmente, me apasiona la mitología, en ella puedes observar como los temas que hemos tratado los hombres siempre han sido los mismos, por más que ésta historia date del siglo VII a.c., y es que la Grecia clásica se parecía demasiado a la actual Venezuela, ya que aunque en una pudiese gobernar un tal Chávez o un tal Solón, siempre hicieron telenovelas y con un gran índice de audiencia.



sábado, 26 de julio de 2008

Alexandro tiene un castillo.

Su nombre es Alexandro, Alexandro Dragosi, y tiene un castillo. Atravesó los Cárpatos y llegó a los valles centrales de la antigua Dacia junto a su mujer Ioana Camelia buscando un lugar mejor para vivir, que no más bonito, se establecieron en Alba. Ioana era hija de un pastor que siempre la llevó de trashumancia por toda Transilvania y entre risas dice haber visto a hombres lobos y a vampiros.

Alex es electricista pero no ejerce. Dice ser pariente de Drácula, eso comenta entre risas, pues a pesar de vivir en su castillo el lujo no le sobra. Afirma que ese parentesco con la figura del vampiro fue lo que le hizo enamorar a su mujer, aunque ella asegura que fue ella la que lo hechizó con los conjuros milenarios acumulados generación tras generación por las féminas de su familia.

Cuando su país entro a formar parte de la Unión Europea, el 1 de enero de 2007 su hijo Cösmin acababa de cumplir los 16 años, lo recuerda como si fuera ayer, esperando en el hospital de Alba mientras el resto de sus paisanos celebraba el nuevo año.

Su hija Marinela nació dos años antes, en un pequeño pueblo de Bihor, Cata Covasna, también en Transilvania y fue violada en Bulgaria, al principio de comenzar su periplo por Europa. Marinela quedó encinta y parió en Italia, un niño al que llamaron Bogdan y al que pusieron el apellido de su abuelo, Dragosi. Alexandro asegura que en un principio hubiese dado a la criatura en adopción, por proporcionarle un futuro mejor allí en Italia, pero ahora estaría dispuesto a matar por el pequeño Bogdan.

Salieron de Alba montados en un Lada en el que intentaron meter todas sus pertenencias, bajaron a Bulgaria, de allí a Serbia, de Serbia a Hungría y después Austria. Esto ya es otro mundo, pensó Alexandro al llegar a Viena, pero prosiguieron hacia el sur, llegando a Italia. Le pregunté el por qué de tanto tiempo para atravesar éstos países, y me contestó que en Serbia les robaron el Lada a punta de pistola y que gracias a Dios los ahorros económicos los había escondido Ioana pues de no haber sido así habrían muerto. Al menos no violaron a nadie ésta vez. Alexandro presume de la belleza de las dos mujeres de su casa, ambas rubias y de ojos de zafiro, con la piel tostada por el sol. Se sabe fuerte para protegerlas con la ayuda de Cösmin que ya es todo un hombre.

Eso de que Cosmin ya es todo un hombre lo recalca vanagloriándose, Cuenta como protegieron el castillo de los Zíngaros con piedras y como se enfrentaron a los Romanos cuando quisieron desalojarlos, que al final lo consiguieron, aunque no dejaron una dotación adecuada para retener el castillo y lo abandonaron esa misma noche tomando tan sólo la precaución de poner un candado en la puerta. Candado que reventó con sus artes nada más ver que se alejaban, pues como él dice, los Romanos conquistan para hacer ver al resto de los habitantes de la Urbe que hacen algo, pero después olvidan y los dejan vivir tranquilos hasta la próxima vez, una cada seis meses más o menos.

Tras reponerse Marinela del parto un compatriota le recomendó venir a España, al sur, buen clima y muchas oportunidades laborales, y así lo hicieron, atravesando a pie el sur de Francia y el levante español, viviendo de la caridad de los pueblos, pues en las ciudades por lo visto no eran tratados demasiado bien. Fue así como llegaron a Sevilla.

Todo me lo contó mientras andaba por uno de los caminos que discurren junto al Guadalquivir, olía a alcohol y empujaba un carro del Carrefour con chatarra. No me atreví a decirle que su castillo no es más que una caseta que el ayuntamiento de Camas tiene cedida a Emasesa, que sus murallas no son más que la acotación que produce el alambre al amarrarlo a cuatro pilares dispuestos en paralelo dos a dos y que su foso la cuneta de las aguas residuales del aljarafe que van a parar al Guadalquivir, no me atreví, y menos cuando me dijo que sabía que las leyes españolas le permitían poseer su castillo si permanecía en él diez años.

Lo vi tan feliz que no supe decirle que los bienes de los ayuntamientos son públicos, y como tales inembargables, imprescriptibles e inalienables, por lo tanto nunca podría operar la prescripción adquisitiva o usucapión, que es lo que él pretende, no, no seré yo quién le diga que los Romanos son la Policía Municipal ni que a los Zíngaros aquí los llamamos gitanos, y que seguramente querían la casetilla para vender o trapichear con sustancias ilegales. No, nada de eso le diré porqué se perfectamente que él lo sabe.

No hay que nacer precisamente en La Mancha para ser un Quijote. Cuando llega a su caseta, perdón, su castillo, Ioana lo besa dulcemente en la mejilla, y mientras Bogdan sale corriendo hacía él, Marinela sonríe tierna y orgullosa al ver llegar a su padre y a su hermano. Sí, es verdad, tiene un castillo y es el señor del mismo, el caballero que tiene el honor de defenderlo a pesar de tener que ir a buscar chatarra para subsistir y sobras de verduras los fines de semana del mercadillo del Charco de La Pava.

Castillo real de Alexandro, a la rivera del Guadalquivir.

miércoles, 23 de julio de 2008

ES BÁSICO, SIMPLE.

La gente piensa que preparar una barbacoa es fácil, y puede serlo. Es simple, básico. Se llama al personal que vaya a formar parte, se calcula la comida que se prevé que se va a engullir y la bebida que se va a consumir, se cogen los tickets de compra y se suman las cantidades, dividiendo la total entre tantos comensales como hayan asistido a tan exclusivo evento.

Pero el hecho de que sea simple, básico, no significa que siempre salga bien, de manera que en éstas líneas pretendo advertios de las vicisitudes que pueden llegar a ocurrir en la preparación de la susodicha reunión social, a saber:

A) Se llama al personal. Ésta premisa tan simple, básica, puede llegar a ser un calvario para el/la organizador/a del evento, “que si llamo a fulanita”, “que si menganita no viene si viene fulanito”, “hostia que se nos ha olvidado llamar a Pepito”, “que escusa más mala me ha dado Mariquita, coñio, si no quiere venir que lo diga claro y que no venga….”.

En fin, que entre pitos y flautas se te ha quedado, y esto es lo verdaderamente importante, un número indeterminado de gente, que oscilan, por poner, entre nueve y doce personas, es lo que desde ahora llamaremos “Número indeterminado=N.I.”.

B) Previsión de la comida a ingerir. Si tuviésemos el número del personal exacto no supondría mayor problema realizar el cálculo, es básico, simple, pero como el número de personas es la variable N.I. y espléndidos que somos la mayoría para no quedarnos cortos de viandas operamos siempre con el valor más alto de la variable, a saber, que si N.I.=(9;14) tomaremos siempre como valor a operar el 14, no descartando optar por el 15 ,“no vaya a ser que falte”, y multiplicando el factor por 0,25 kg. de carne, aunque dicha constante puede variar dependiendo de la persona que vaya a realizar las compras, pudiendo llegar a ser hasta de 0,5 kg. en determinadas ocasiones.

C) Previsión de la bebida que se va a consumir. En éste apartado contamos con dos variables. Es básico, simple. La conocida N.I. y la variable “total bebida a ingerir”, que se subdivide a su vez entre “total bebida a ingerir por personas del género masculino” y “total bebida a ingerir por personas del género femenino”, así que tenemos T.B.I. x N.I., de dónde T.B.I.=(T.B.I.M. x 2) + (T.B.I.F. x 1,5), entendiendo las constantes por litros de bebida. Es simple, básico.

D) Suma de los tickets de compra y división entre los asistentes. El punto más simple y básico de todos, N.I. que en éste caso ya será exacto y no oscilará, pues los que están son los que han venido y a los que les toca apoquinar, tras la división de la suma de tickets entre el N.I.

Pues todo el marco tan simple y básico de las operaciones queda reducido a cenizas cuando mandas a comprar la carne a alguien que no sabe que existe el N.I., y claro, al chaval le dicen:-Pues sobre unos diez.- y va y compra 10kg. de Churrasco, para no quedarnos cortos más las costillitas, y los choricitos ect…, y los que van a comprar a los hipermercados de turno hacen lo mismo, pero en vez de ir un par de ellos van cinco, y claro, todo lo que se le antoje a uno hay que multiplicarlo por 5.

Después resulta que las féminas son capaces de beberse en botellines lo que no hay previsto, y el personal masculino, en su línea se pica y bebe sin moderación, y es que el botellín bebible tiene su cosa, pero el fresquito casi congelado…

Llegados a éste punto llega la hora de hacer las cuentas, pero ¿Quién hace las cuentas resoplando con el buche lleno de churrasco y botellines? “Ahora la hacemos, anda, échame un cubatita” y lo que era de esperar, ni cuentas ni leches, “dame 20 leuros y ya bemo”, o “no te preocupes, que yo te pongo lo tuyo”, o “si yo he comprado el pan ¿Cuanto tengo que poner?” Etc…

En definitiva, que organizar una barbacoa no es algo tan básico ni tan simple, pues del resultado de no prever todos y cada uno de los puntos que os he ido nombrando se deduce:

1.- Que ha sobrado comida para alimentar a Somalia seis meses. ¿No sale más barato comprar un cochino y ya lo vamos congelando si eso?

2.- Que a las 16:00 horas se acaban los botellines, tanto los fríos como los bebibles. ¿Tan caro no sale un barril de cerveza no?

3.-Que el personal con la media etílica no es capaz de sumar 2+2, ¿Cómo va a sumar un ticket tras otro y lo va a dividir? Eso es ya misión imposible por mucha calculadora que traiga tu móvil campeón.

Resumiendo, que la semana que viene tenemos más carne, más churrascos, más costillitas, más choricitos y viandas varias, que el que se quiera apuntar que se apunte, eso sí, que traiga botellines antes de las 16:00 horas por favor, si no fríos al menos bebibles, y que ni se moleste en traer los tickets, que ya sabemos a cuanto salen y no los vamos a pagar, que con una barbacoa al mes, a mi por lo menos, ya no me queda dinero ni para aceite de la moto.

Es básico, simple.

viernes, 18 de julio de 2008

DESENCUENTRO.(Relato Corto)

Ocurrió poco después de que mi padre muriera en aquel nefasto accidente. Yo volvía del gimnasio con mi hermana, que se había ofrecido a recogerme en coche. Al llegar a casa sonó mi móvil, era Tere . Ella y yo salimos un par de veces antes de que pasara lo de papá. Yo estaba loco, loquito por ella, pero el verano y la distancia hicieron el resto para favorecer que la cosa no llegara a más, y después del tiempo, el olvido.
¿Y ahora éste S.M.S.? Sin dudarlo un segundo la llamé y quedamos esa misma tarde para ir al cine.

Cuando nos encontramos se agachó para besarme en la mejilla. Llegó por detrás y no me dio tiempo a reaccionar antes de sorprenderme de su llegada. No llevaba mucho tiempo esperando en la terraza en la que habíamos quedado, y me extrañó que llegase tan temprano, nunca estuvo la puntualidad entre sus virtudes. Al llegar por detrás tan sólo pude apoyar las manos en la silla y levantar mi tronco un poco, así que no se muy bien si le demostré toda la alegría que debía o se la hice sentir mediante mi expresión, que no encerraba más que ilusión y sorpresa por la puntualidad. Un beso fue suficiente para enlazar una conversación vaga, lisa y llena de formalismos. Era la vergüenza por la nueva situación, pensé yo, y que a medida que continuásemos contándonos nuestras cosas todo mejoraría.

Decidimos acceder con tiempo a la sala, pero con la buena suerte que tengo y la premura con las que sacamos las entradas no pudimos elegir butacas numeradas, y no encontramos tampoco dos juntas adaptadas a las circunstancias, así que localicé una para ella al final de la sala y yo me acomodé en el pasillo, intentando no molestar a nadie, tarea bastante difícil si estás en un pasillo del cine un jueves de estreno.

El inicio se retrasaba y a Tere se le antojó un helado, a mi la idea me hizo gracia, y como buen Quijote de la vida me ofrecí en ir a comprarlo, pero ella se negó alegando que le cuidase el asiento y que me dejara sorprender por el sabor de su elección Se refería a los helados, espero.

Y digo espero porque nunca lo supe, la notaba confusa, distante, demasiado educada y atenta. No soy un lumbreras en temas de pareja, pero sí se cuando se está forzando para agradar y quedar bien. Será el accidente, pensé, unido a mis miedos, ella era una preciosidad, culta, educada, simpática, agradable, soñadora, risueña, y yo creo que ya, no daba la talla.

Sí, sería el accidente, y aquello era compasión, no lo pude soportar, así que cuando llegó le regañé por haber tardado tanto, ella rió ofreciéndome un cucurucho de helado de pistacho, sabor que odio por otra parte, y ya en otro tono menos jocoso le dije que debía ir al servicio, que volvía en un minuto. Cuando enfilé la rampa del cine sabía muy bien que no volvería a la sala, pero como no soy de naturaleza descortés, aunque sí cobarde decidí hacérselo saber a Tere por otro S.M.S.

“Lo siento, no funcionará. No me llames. Te lo agradezco de todos modos. Un Beso”

No lo envié hasta que no me alejé lo suficiente del cine, no quería ver su reacción si llegaba a salir rápido y me encontrase.

Derramé algunas lágrimas y maldije mil veces mi destino. Guardé el móvil en el bolsillo de la camisa y empuñé con las dos manos las dos ruedas de mi silla empujándolas hasta mi casa, en la que mi madre me ayudó a salir del ascensor.
Tras cenar sin pronunciar palabra Mamá, con la mirada rosada sacó las fotos de Papá y mías en la sierra, las de la noche antes de que sufriéramos aquel nefasto accidente.

lunes, 14 de julio de 2008

NO HAY NADA PEOR QUE EL ABURRIMIENTO Y LA CURIOSIDAD.

No todos los días se levanta uno de igual forma, yo por lo menos no lo hago, aunque suelo despertarme de muy buen humor. Hoy no ha sido de esos días, para colmo he ido a correr con un esquizofrénico que me ha tenido recogiendo colillas con la lengua por todo el paseo de Torneo. Que sí, que ya lo se, que eso me pasa por salir a correr con esquizofrénicos, pues seguro, pero ya no tiene remedio, y como en vez de dos piernas ahora mismo tengo dos trozos de carne que vagamente obedecen las órdenes que les manda mi cerebro pues no he tenido más remedio que ponerme a escribir, y mira tu que cosa más extraña, que me he dicho a mi mismo, J.A.S. tu blog se está haciendo demasiado serio, y tu eres así, pero no tanto, y de vez en cuando meter tu notita de humor friky te vendría bien, pues es un mundo donde te mueves con cierta soltura.

Y dicho y hecho, aquí estoy escribiendo la tontería más grande que se me ha ocurrido en mucho tiempo, y es que estaba yo sentado en mi cama mirando el techo, concretamente una mancha que tiene forma de Luna en cuarto menguante, cuando se me ocurre que ¿De que nacionalidad serian los niños que nacieran en la luna? Sí, tengo una gran mente absurda pero, cual es mi sorpresa al descubrir que existe un Tratado Internacional en ese sentido (que grande es Google!!) y en él que se dice que “tanto los objetos como las personas están sujetos a la jurisdicción del país que los ha enviado”. Sí, eso está muy bien, pero que ocurriría si por un suponer, el Sr. Pedro Duque es enviado a una misión a la luna, y se enamora de la Sra. Smith, que además es la bióloga de la expedición y se parece a Anita Obregón cuando tenía 100 años menos (que estaba …), y Pedro la ve en la tierra, en las instalaciones de Cabo Cañaveral y siente de repente la llamada de la biología y en fin, que se embarcan los dos hacia la Luna a una misión de cinco meses y con los tres que ya llevan de relación y la ayuda de la ingravidez nace una criatura a la que bautizan con el nombre de Selene y que es de nacionalidad lunar.

La nacionalidad lunar no existe, así que puestos a indagar me doy cuenta que existe otro tratado internacional en el que se dice que el caso anterior sería un caso de extraterritorialidad, en el que regirán las mismas normas del estado que envió la misión, tal y como ocurre con los barcos o las aeronaves. Pero mi mente absurda va y recuerda que existe una estación internacional, y al ponerme de nuevo a indagar me doy cuenta que se llama ISS, y que está compuesta por distintos módulos, de E.E.U.U., Japón, Rusia, Canadá y la Agencia Espacial Europea, y que ya ha sido visitada por 21 expediciones de astronautas, ¿Qué leyes rigen en ella si es que además se van sumando cada vez más módulos para completarla?
Pues bien, de nuevo otra sorpresa, al darme cuenta de que existieron conversaciones jurídicas importantes, que llegaron a durar más de tres años para determinar la soberanía y la legislación a aplicar en ella. En un principio, E.E.U.U. pretendía que fuesen las normas estadounidenses las que se aplicasen en la estación, cosa que rechazaron de pleno todos los participantes, llegándose al acuerdo final de que cada módulo se convirtiese en una embajada (me imagino la luna de miel de la parejita mencionada anteriormente y lo bien que se lo iban a pasar en la Estación internacional, ahora te llevo a Rusia, ahora doy dos pasos y estamos en Japón, y ahora en toda Europa).

Otra nueva vuelta de tuerca, ¿Qué pasaría si uno de los tripulantes en un ataque de ira empezara a agredir a el resto de los de la misión? Pues resulta que para eso hay solución, se aplicaría la normativa del país del agresor (líbrenos Dios del Derecho Internacional). Pero ahora otra más difícil, ¿Qué pasaría con las parejas que quisieran contraer nupcias en esta situación? Y yo pensaba que era raro, resulta que ya hay una que lo ha hecho, se trata de el astronauta Ruso Yuri Malechenco y la estadounidense Ekaterina Dmitriev, que se casaron aprovechando la legislación de Texas, lugar en el que se encontraba la novia y uno de los pocos estados de América que admite el matrimonio por poderes, pero ¿Qué pasará cuando las compañías privadas empiecen a ofertar vuelos extra-orbitales sólo con éste fin?

Pero como diría Super Ratón, no se vayan todavía, aún hay más, existe hasta un tratado internacional de Responsabilidad por daños Aeroespaciales, que se aplicó por primera vez en el incidente de 24 de Enero de 1978, cuando un satélite de la C.C.C.P. , como diría Urdaci y mi amigo Nefer, repartió desechos radiactivos por todo el norte de Canadá, que previo pago por parte de la U.R.S.S. a Canadá de los daños y los perjuicios no quedó más que en una anécdota, pues al fin y al cabo viene a ser lo mismo que llamar al seguro diciendo que has dado un porrazo por detrás. Además, si ya tiene que ser triste vivir en Canadá, imagínate en el norte, que está más allá que el estrecho de Bering y que además tiene residuos radiactivos. Anécdota al fin y al cabo que tardó tres años en solucionarse, que no veas tu lo que tienen que llevarse de calentito los abogados de los seguros especializados en estos temas.

Otra de las grandes mentiras de el tema estelar, y lo digo para que no os engañen es que existe otra normativa que reza que “El espacio, sus órbitas y sus cuerpos celestes no pueden ser apropiados por ningún estado”, sumando a ello que los tratados internacionales sólo dotan de personalidad jurídica a los estados, tampoco pueden ser objeto de apropiación por ninguna otra entidad, es decir, particulares o empresas, lo único que se puede hacer es “explotar los recursos del universo”, que a la vista de las normas tendría una normativa similar a la que rige para los fondos marinos y oceánicos, es decir, se crea una entidad internacional que es la que decide en estos aspectos. Así que ojito, todo el que tenga comprada una parcela en la Luna o en Marte, que sepa que no tiene justo título de adquisición, y tiene el mismo valor que un cheque expedido por Julián Muñoz.

Para terminar, añadir que en todos los tratados se alude al uso pacífico de la exploración espacial, pero la gran mayoría de los países que tienen acceso al espacio están generando basura cósmica, que se sigue admitiendo como uso pacífico de la exploración sin que exista normativa al respecto, es más, en la última normativa con respecto a la explotación lunar aparece la rúbrica de trece países, y ninguno de los trece firmantes tienen ni se prevé que tengan acceso al satélite en los próximos treinta años, eso es hacer las cosas con previsión, sí señor.

En fin, que pretendía hablar de nimiedades y me ha salido un texto digno de la revista jurídica "La Toga", y es que uno, al fin y al cabo está muy pero que muy desaprovechado.

jueves, 10 de julio de 2008

MANERAS DE VIVIR

Una vez escuché a no se quién, hace muchísimo tiempo, una reflexión muy acertada, decía “El hombre, como especie, ha organizado sus sentimientos de manera completamente equívoca, vivimos con nuestro o nuestra amante y salimos de vez en cuando con nuestros amigos y amigas, cuando deberíamos hacer lo radicalmente opuesto: convivir con nuestros amigos y amigas y salir de vez en cuando con nuestros amantes”.

La frase, expuesta así en frío, resulta de lo más chocante para nuestras tradiciones, aunque pensándolo bien es cierto, lógico y sensato. Con los amigos puedes compartir más desapasionadamente las minucias cotidianas: de ellos aceptamos los errores y respetamos sus manías, son así decimos y no pretendemos que cambien, somos menos exigentes, más comprensivos. Ésta postura resulta más relajada y ayuda a resistir la pléyade de pequeños mosqueos que suelen presentarse en la convivencia. Un ejemplo, el uso del único baño en una casa compartida por amigos puede estar perfectamente regulado, pero en el convivir de una pareja puede llegar a broncas formidables. Lo mismo ocurre con el olvido de algún cumpleaños, del uso del mando a distancia, de las salidas, de las llegadas. Vivir con un amigo no es el ideal de la tranquilidad, pero sí más calmado, mientras con la pareja la cosa suele complicarse por lo más mínimo sin que sepas muy bien la razón.

Podríamos decir que el énfasis con el que discutimos con nuestra pareja hasta el último euro de un recibo, cuando lo hacemos con los amigos pasamos a ser las personas más rumbosas y desprendidas del mundo, así que pienso que eso es lo que deberíamos revertir, es decir, aprovechar esa pasión para salir a comer juntos, a cenar, a amarnos, lo que suena la mar de bien, y volveríamos después a la madriguera hogareña con los amigos, que no van a mosquearse si llegamos tarde ni se van a considerar menospreciados, ni esperaran en vela. Así visto parece el edén en la tierra.

Lo parece pero no es tan sencillo, Ya está todo inventado, ensayado y probado, y también ese modelo de convivir: amigo en casa y amante en calle. Y no funciona ciertamente bien; empiezan a aparecer los espectros; los ancestros vitales, esos que te dicen que cuando caes en el amor, como dicen los británicos, sólo quieres compartir las 24 horas del día con esa persona, si no lo haces, si no cedes a esa ambición de fundirte con el otro la cosa a menudo se marchita. Convivir con el amigo y citarse con el amante es una fórmula ideal y lógica, pero el maravilloso mundo de las pasiones y los afectos no es ni lógico ni previsible, mucho menos codificable, es más bien básico y visceral. Aunque amamos con el cerebro, con el lado izquierdo concretamente, nosotros sentimos que queremos con la sangre que palpita en nuestras muñecas sin que la podamos controlar, con los sueños, con nuestro aura, con lo que no conocemos de nosotros.

Al amar somos lo que somos, o lo que nunca sospechamos que podríamos llegar a ser, a penas nos reconocemos cuando estamos enamorados, hemos llegado a hacer locuras que después, recobrada la razón hasta nos ruborizamos, aunque espero que nunca nos avergoncemos por ello, yo al menos nunca lo haré. ¿Es cierto que yo hice eso? ¿De verdad le dije eso? ¿Fui capaz de escribirle una carta tan cursi? Pero al mismo tiempo, que fantástica aventura, que emoción, que forma de enajenarse, de cambiar la rutina. Al enamorarnos vivimos otra vida, es como vernos en una película, jamás seremos tan altos, tan guapos, tan sumamente inteligentes y graciosos, libres, espontáneos o creadores que cuando estamos hirviendo en la fiebre de un amor.
Más tarde llega la convivencia, y esa hoguera se apaga, aunque cuando la cosa va bien siempre quedan los rescoldos. Y éste es otro problema, otra aventura oculta hacia nadie sabe donde, es aquí cuando nos molestan las inocentes manías del otro que de un amigo estaríamos dispuestos a pasar por alto. Nos molestamos por menudencias y protestamos por jilipolleces. Le pedimos a nuestra pareja que sea padre y madre, hijo y hermano, amante, amigo, maestro y alumno, cat woman o 007, enfermera, princesa de cuento o cenicienta, pues no hay mayor ambición para el enamorado que la persona querida lo sea todo.

Tal vez sea por eso, por ambicionar eso, por lo que insistimos en vivir con nuestros amantes, aún a costa de los inconvenientes mencionados y la tranquilidad que nos daría el vivir con los amigos. Los amigos son el ancla de los afectos, el sentimiento que macera con los años, el edificio sólido de saber qué es uno y qué el otro y viceversa, son tu base. El esqueleto.

Pero los amantes, tu pareja, es la carne doliente y palpitante, la realización de tus sueños y deseos, el pacto secreto entre dos desconocidos para imaginarse mutuamente. La razón de ésta necesidad humana de inventarnos al otro, y exigirle, a pesar de las broncas cotidianas, que se adapte a esa ilusión que hemos hecho de él. No llego a imaginarlo. Pero es que la vida, en fin, aún sigue siendo para mi un misterio, y espero que lo siga siendo.

Pd: Hasta el fin de mis días, señal que no he perdido la capacidad de sorprenderme.

sábado, 5 de julio de 2008

ONCE UPON A TIME...

O lo que viene a ser lo mismo, “Érase una vez que se era…” , así empezaban todos los cuentos que de pequeño me contaba mi padre, increíble que un electricista de los años setenta en España pudiera tener tanta imaginación, aunque pensándolo bien, no era más que una de las vías de escape de las que gozaba su generación.

Después llegaron los audio cuentos, cosa que aprendes después de los años que se llamaban así, para ti, y para toda tu familia siempre fueron “las cintas de los cuentos”. En ellas también todo empezaba igual, o casi, es decir, si no era “Érase una vez que se era…” , se aplicaba la fórmula reducida de “Érase una vez…”. La diferencia de esos “Cuentos”, comparados con los de mi padre radicaba en que todo era “muy lejano”, así pues, la fórmula inicial de los relatos rezaba “Érase una vez, en un pueblo/reino/aldea/bosque/etc… muy lejano…”. Con el devenir de los años y gracias a Shrek me enteré que “muy lejano” no implicaba lejanía solamente, sino que también era un topónimo, si lo pones en el G.P.S. aparece junto a Hispanisnopla. En fin, que me pierdo, en esas cintas de cuentos, permítanme que las llame así pues es como las he llamado toda la vida, aprendí que existía un sastrecillo valiente que le hizo un traje a un vanidoso Rey que no podían ver los necios, que hubo un tal Jorge que mató a un Dragón, que habían dos hermanos que entraron en un bosque y se metieron en una casa de chocolate, ratones voladores, gatos con botas de siete leguas (y yo con esa edad aún dudando de los escaloncitos del sistema métrico decimal), en definitiva, un mundo desconocido que siempre empezaba con el “Érase una vez…” y del que aprendí a imaginar y a soñar.

Más tarde, y con más uso de razón me empezaron a llevar al cine, donde las películas que más me gustaban seguían empezando igual, y produciendo el mismo sentimiento de evasión de la realidad y aprendizaje que las cintas de cuentos, así aprendí que existía un niño que siempre vestía de verde y que llevaba una pluma en la cabeza, que volaba por las calles de Londres y buscó a una tal Wendy para que le cosiera la sombra. ¡Asombroso…! También descubrí madrastras malas que daban manzanas envenenadas y que hablaban con espejos y hermanastras que siempre eran feas, y que el príncipe, por muy tonto que fuera siempre tenía suerte(bueno eso no ha cambiado, a mi me pone la Leti y el príncipe es … Sí, estoy con vosotros, yo creo que se hace el tonto). En fin, que éste nuevo mundo derrochaba colorido y sonido, y que por más que quisieras contarle la historia a alguien siempre tenias que empezar por el consabido “Érase una vez…”.

Con el tiempo y el toque macarrilla que se vivía en mi barrio todo esto empezó a borrarse de mi memoria, o al menos a pasar a un segundo plano, pues los que me conocen saben que mi mente absurda es incapaz de borrar datos inútiles, y pasamos a los cómics, y después a los libros de “Los Cinco”, que grandes aventuras se montaban en mi mente en la penumbra del salón en las largas tardes de verano, cuando mi abuela aún no me dejaba bajar a la calle alegando que hacía todavía mucho calor, y después, casi de inmediato, aparecieron los Dumas, los dos, padre e hijo incluido con sus “veinte años después”, y Julio Verne, con el que viajé a la luna, al centro de la tierra, a la que también rodeé en setenta y nueve días, y conocí al gran Nemo, bajo agua, creo que llegué viajando hasta el fin del mundo, pero no me echen mucha cuenta en eso, no lo recuerdo bien.

Ivanhoe, dónde por primera vez descubrí lo que significaba ser judío en la edad media, La Isla del Tesoro y Long John Silver, que me enseñaron a leer los mapas, no muy bien lo reconozco, pues al afirmar esto seguro que hay más de una que se parte el pecho de reírse, y atravesé el Misisipi con Tom y Huckleberry, y leí por quinta vez “Le Petit Prince” y le encontré de nuevo mil significados distintos, etc… fueron asaltando mi imaginación, perdónenme todos aquellos autores que olvido, hasta que apareció J.D. Salinger, y “El Guardián entre el centeno”. Desde aquí ya no hubo malos ni buenos definidos, todo era complicadísimo, tanto como la vida misma. Desde ese instante empecé a añorar aquel “Érase una vez…” que tan sólo vi en un relato corto que hablaba de los “Alfabetium Exempla”, pero eso es otra historia y además era igual de complicada que la vida, así que para comenzar mi blog quería rendir ese pequeño tributo a todo aquello que me hizo crecer como lector, que es el paso previo para crecer como escritor.

Buscando nombre para el blog me topé con un relato clásico por accidente en el E-mule, y cuando me dispuse a escucharlo me dí cuenta que a mi Windows Media le faltaba una actualización, y no dejaba actuar la versión castellana del mismo, pero he de reconocer que se me volvieron a poner los pelos de punta cuando el narrador de Pulgarcito dijo “Once Upon a Time …”

PRÓLOGO

Decía Stendhal que "Lo más prudente que acaso hay es hacerse a sí mismo su propio confidente". Disculpenme pues los que me vean presuntuosos con éstas líneas, pero mi blog nace sólo con esa pretensión, la de poder confiarle mis propias confidencias.
Siento desilusionar a la política de los blogs, pero ya he dicho que éste no es un blog a lo tradicional, no me siento innovador ni necesito reconocimientos basados en el "ole que bien escribes" ni en ningún otro cumplido o estulticia(sí, ésta palabra existe, busquenla en un diccionario, pero si sienten pereza les diré que procede del Latín "estulto"), Tan sólo pretendo contar algo que en principio me agrade a mi por el hecho de deshacerme de determinados pensamientos y calmar mi alma.
A contrario sensu, si consigo calmar mi alma y proporcionaros un rato agradable, ya sea de risas, de intriga, de sentimientos, ¿Qué se yo?... En ese caso supongo que la felicidad será plena, al igual que si os incito a discutir/dialogar en los comentarios, señal de que la cosa va bien y de que todos aprendemos de todos.
Sin más, y esperando a las Musas, que bajen a mi cabeza y lleven mi pensamiento al tan ansiado Helicón culmino éste prólogo, esperando no resultar demasiado pedante ni retorcido.
Pd: Espero que las Musas no tarden mucho, pues la paciencia no está entre mis virtudes.