martes, 30 de septiembre de 2008

ELLA Y EL OSCURO PASAJERO.

La conocí siendo aún muy joven, aunque no le presté atención hasta más tarde. Jugueteé con ella en un principio y después sucumbí a sus encantos, no pudiéndome resistir a ninguno de ellos.

Sabía que me hacía daño, mucho daño, pero continué siempre con nuestra nociva relación, hasta que un día me planté y conseguí abandonarla.

Fui feliz durante un tiempo, pero añoraba el tiempo pasado junto a ella, cada minuto, cada segundo. Era en esas ocasiones cuando aparecía mi otro yo, el que tiene necesidades inconfesables. Él tiene esa necesidad, y yo lo sufro dentro de mi, como miles de voces escondidas susurrándote “así es la vida”. Y luchas contra la presión, una creciente necesidad que te engulle como una ola, pinchando, provocando y obligándote a alimentarla. Pero los susurros aumentan hasta convertirse en gritos, y son la única voz que oyes. La única voz que quieres oír. Y estás a merced de ella, de esa sombra de ti mismo, de ese…oscuro otro yo que te empuja a ella. El oscuro pasajero.

Me llamo J.A.S. y no estoy seguro de lo que soy cuando estoy sin ella. Se que hay algo…oscuro dentro de mi, y lo escondo. Nunca hablo de ello, pero está ahí, siempre. Es un oscuro pasajero que me empuja a ella, y cuando él toma el control me siento vivo. Harto de la emoción del que hace algo que no está bien, y no me opongo, no quiero hacerlo. Es lo único que tengo. Nada más podría amarme, ni si quiera…ni si quiera yo mismo.

¿O es sólo una mentira que me cuenta el personaje oscuro? Porque últimamente hay momentos en los que siento…conexión con algo más, con alguien, como si la máscara se esfumase, y las cosas, y las personas que nunca me habían importado empezaran a importarme cuando estoy sin ella y sin mi pasajero.

Todo esto me da mucho miedo.

Me molesta la gente que dice que en ningún caso lograría entender lo que ellas han vivido, pero ningún ser vivo podría soportar mi verdad. Ella siempre sospechó que escondía algo, ahora lo sabe. Sabe que quiero abandonarla para siempre.

Creo que mi diablo ha bailado con su demonio y la canción del violinista está lejos de acabar, pero en algún momento ha de empezar a apagarse. A veces me imagino que ocurriría si destapara todo lo que tengo dentro y la rechazo, espero saberlo, mientras tanto vivo escondiéndome cuando estoy con ella. Mi supervivencia depende de ello.

Si los ojos son el espejo desalma, el dolor debe ser la puerta hacía ella, y mientras esté cerrada es la barrera entre el saber y el no saber. Si te alejas de ella seguirá cerrada para siempre, y si la abres y la atraviesas el dolor se volverá una realidad.

Y ahora he de luchar por mi propia supervivencia y abandonarla, algo que siempre supe que llegaría. Llevo toda la vida preparándome para esto. Cuando todo se acabe espero haberla olvidado para siempre.

Pd: Tranquilizaos, estoy hablando de mi adicción a la nicotina. ¿Verdad que pensabais que me había vuelto un Psicópata?

viernes, 19 de septiembre de 2008

ADIÓS CANIJA ADIÓS.

No recuerdo el momento exacto en el que nos hicimos amigos. Al principio sólo fuimos compañeros de trabajo, pero supongo que fue el destino el que nos unió a forjar una amistad que se nutre de esos pequeños detalles cotidianos a los que no prestamos ninguna importancia, hasta hoy que se que la tendré lejos un largo periodo de tiempo.

Supongo que fue la educación, sí, eso fue seguro, la educación, lo que empezó a unirnos, el usar el “por favor”, el “te importa si…” y el sin fin de modismos que una persona educada emplea con otra a la que reconoce su igual. Sí, sin duda, en el mundo en el que nos movemos ambos esas cosas importan, y seguro que fue eso lo primero que me llamó la atención de ella y lo que la hizo merecedora de que formara parte de mi selecto grupo de personas a tener en cuenta.

Más tarde, al avanzar el tiempo y debido a nuestra sed económica y a la irracionalidad de nuestros turnos laborales, empezamos a pasar demasiadas horas juntos, y así fue como nos contamos nuestros avatares y periplos de los años de nuestra existencia, a la par que a descubrir nuestras personalidades. Yo no puedo decir lo que ella opina de mi, aunque denoto que el cariño es recíproco debido a sus continuas demostraciones cotidianas, a esos detalles de los que hablaba antes, pero si puedo decir lo que percibo de ella.

No es rubia, aunque nadie se atrevería a decir lo contrario, y quien lo diga que lo demuestre, y entre sus virtudes no están ni la paciencia ni la contención, lo que siente lo dice, y aunque a veces su prudencia se lo impide, casi siempre dice lo que piensa y en el momento en que lo piensa, circunstancia que le hace por otra parte, estar metida en todos los fregados. Pero yo la quiero así, vivaz, despierta, alerta siempre.

Fiel amiga de sus amigos, y aunque no es fácil ostentar verdaderamente dicho título, aquel que lo posee se sabe ciertamente propietario de un valor ilimitado, que lo dota de fuerza y coraje para saberse siempre respaldado de una defensa sin límite. Sí, porque a ella le gusta defender a sus amigos, y aunque inconscientemente sepa que se está metiendo en un nuevo fregado, siempre sabe que por sus amigos merece la pena meterse y mantener un nuevo frente abierto.

Divertida, inteligente, letal cuando se trata de reñir sobre todo a los que estamos más cerca de ella, valiente en sus decisiones aunque en ésta de marcharse temporalmente de su ciudad esté demostrando un poquito de pánico, previsora hasta lo impredecible. Guapa, fotogenicamente perfecta aunque no sepa poner morritos, ella es Reyes. La Canija.

Yo, por mi parte me siento colmado con la amistad que me da y que me demuestra, por esas uñas sacadas al más mínimo comentario en mi contra, por esos cafés e incontables helados compartidos a horas inimaginables y por ese sin fin de pequeños detalles que la hacen única, irrepetible, irrenunciable.

Huelga decirle que tenga cuidado en su nuevo destino, que mantenga el contacto, que lo hará, que no nos olvide, que no lo hará y que disfrute, porque para eso están los lapsos temporales que Dios concede a la rutina de la vida, para disfrutar y hacernos disfrutar al resto cuando nos relate sus nuevas aventuras.

Adiós mi otra rubia, mi amiga, mi defensora, mi otra hermana pequeña, mi canija.



viernes, 12 de septiembre de 2008

LA MUJER QUE YO SUEÑO.

La mujer que yo sueño nació en las praderas rojas del mar de mis destierros. Vivió encerrada en su olvido, feliz como todos y sin ser consciente en su infancia, de cómo las gastaba éste sucio mundo. Y en su ignorancia crecía, jugando con sus hermanos y primos, con sus muñecas y su elástico.

La mujer que yo sueño fue dejando atrás su infancia, y se fue dando cuenta que sus padres no se amaban igual todos los días, pero que al fin y al cabo se amaban.

La mujer que yo sueño se enamoró de un muchacho de su pandilla, del que aún guarda buenos recuerdos. Creyó que ese era el amor de su vida, hasta que la misma vida rompió los ideales sueños de la adolescencia y los fue transformando en rutina.

La mujer que yo sueño probó el elixir del carmín en sus labios, descubrió los secretos de la imagen y la imbecilidad de los hombres al descubrirla, y se hizo fuerte en su posición de reina. Jugueteó con unos y otros, ganó y perdió en amores, pero aprendió de todos, creando con ello la primera criba, la primera lista de prioridades mientras seguía añorando infantiles épocas de muñecas y elásticos.

La mujer que yo sueño se creyó dueña de su destino, sin saber que es el destino el amo y señor de todos los sueños, y cayó, y resucitó cual mitológico Fenix, aliándose con Las Parcas para no volver en los errores de antaño.

La mujer que yo sueño aprendió a dar amor, y a recibirlo sin exigir nada a cambio, empezó a ser la persona que ella soñaba, empezó a conseguir sus objetivos, y aunque de vez en cuando pide ayuda para su alma, se sabe tan fuerte que considera que ya nada la hará flaquear, pues su coraza de los bagajes le impide volver a cometer errores pasados.

La mujer que yo sueño me permitió que la amase, y yo, mongolo de la vida o del destino no quise o no supe dar todo lo que debiera. En ese momento, en el de amarla, dejó de ser la mujer de mis sueños para convertirse en la mujer del presente, más al desaparecer posteriormente se convirtió en la mujer añorada.

La mujer de mis sueños ya no existe físicamente, es el cúmulo de todas las buenas cualidades de las mujeres de mi vida, y realmente no quiero que exista, pero la añoro tanto…


lunes, 1 de septiembre de 2008

INTENTARÉ...

Dios mío!! Tres de Septiembre ya!!

El verano toca a su fin, la gente ha vuelto de sus vacaciones, algunos más pelados de lo que se fueron y a otros nos ha tocado quedarnos aquí y seguimos igual de pelados.

Ésta fecha, de pequeño, es en realidad la que marca el inicio del año, o de ciclo, como lo prefiráis. Se llegaba morenito de la playa o de las piscinas, se preparaban los exámenes de septiembre, se volvían a ver a los amigos de los que nos separamos al marchar de vacaciones, entendiendo tales como un ideal, como un pequeño paréntesis que en su intervalo nos dejó tantos sueños e ilusiones que jamás se materializaban, y que desaparecían mucho antes de llegar el día quince.

Nos contábamos las aventuras que habíamos tenido en tal o en cual sitio. Añorábamos situaciones por primera vez, y sufríamos por esa añoranza de forma pasajera.

Al pasar los años aún me queda un poco de aquella sensación, de cambio de ciclo, pues es en éstas fechas, al igual que en año nuevo, cuando me marco los buenos propósitos a cumplir en el año. Es por ello que ésta entrada pretende contener una declaración de intenciones, que de seguro para el día quince de octubre ya se me habrán olvidado, pero que al ser plasmadas por escrito, quizás logren persuadir a mi conciencia, bastante permisiva con todos y en especial conmigo mismo, de mantenerlas y cumplirlas.

No me exijo grandes metas, he fracasado tantas veces en tantas cosas, que se positivamente que en la vida es mejor afianzar tus pasos y posiciones que subir y esperar el batacazo posterior, constantes máximas en mi devenir diario, por ello, en principio, intentaré mantenerme en mis múltiples obligaciones sin pensar que de alguna de ellas me causará el temible hastío que desemboca en la pereza, y si puedo, y veo la ocasión, mejorar en algunas, tales como el tacto a la hora de hablarle a las personas que me rodean, pagar mis mosqueos y mis ataques de ira sólo conmigo y no agobiar a nadie con ellos o demostrar mi afecto, el verdadero, a las personas que debo demostrárselo.

Intentaré también ser justo en mis decisiones, dar a cada uno lo suyo, siendo menos egoísta a la hora de adoptarlas y pensando siempre en el perjuicio que pueda llegar a causarle a los demás. Denunciaré las injusticias que vea a mi alrededor, poniendo especial inca píe en la protección de los débiles.

Intentaré perdonar a aquellos que me hicieron daño o que intentaron causármelo, voluntaria o imprudentemente, atendiendo a las agravantes y a las atenuantes que dimanen de cada caso. Tarea ésta harto difícil no sólo para mí, creo que en general para todo el mundo, pero supongo que el tiempo y la buena voluntad todo lo curan. Bueno, todo no, pero casi. Confiaré en que la fe obre milagros, pues otra no me queda.

Intentaré que no me ciegue la codicia. No es más rico el que más tiene, lo es el que menos necesita y el que más amigos tiene, pero de los de verdad, ya que si de tan sólo uno de ellos se deriva un tesoro, ¿Que no se derivará de unos cuantos de los buenos?

Intentaré ser más feliz y no dejar que esa responsabilidad recaiga sobre otros. A su vez, intentaré hacer más feliz a los demás. Si es cierto que quien siembra viento recoge tempestades intentaré plantar semillas de ambrosía y néctar y repartirlas cuando crezcan y maduren entre mis semejantes sin esperar nada a cambio.

Intentaré hacer tantas cosas que algunas se me van a quedar en el tintero, pero que creo que puedo resumirlas en la premisa de "ser buena persona", entendiendo como tal la definición que da el profesor Paul Kurtz, que desglosa el enfoque en dos grandes grupos, denominado al primero como el de "Las Decencias Morales", que englobarían la integridad personal, el ser digno de confianza, la buena voluntad y el sentido de la justicia, y que forman la base de la convivencia en las sociedades; y el de las "Excelencias Éticas", el segundo grupo, que vienen a conformar una vida plena y rica para el sujeto, y que estaría compuesto por la autonomía, la inteligencia, la autodisciplina, el autorrespeto, la creatividad, la alta motivación, la actitud afirmativa, la alegría de vivir y la buena salud(entendida como hacer una vida sana en su justa medida).

Pues lo dicho, espero que algunos os suméis a la iniciativa, aunque sólo nos dure hasta el quince de octubre, y que entre todos creemos un mundo mejor aunque sólo sea por ese breve espacio de mes y medio mal contado.

Pd: Intentaré pedir más veces "perdón" cuando sea necesario, y que no me cueste tanto decir "Te Quiero"