martes, 10 de noviembre de 2009

14 N


Esta es mi actitud frente al 14-N.


Al que esté conmigo aquí le dejo un enlace para que se vaya motivando.

http://www.youtube.com/watch?v=CzB5hFINC_k

Un Abrazo a todos y perdón por el cese temporal.


martes, 24 de febrero de 2009

MI BUENA ESTRELLA.

¿Cuantas veces habré clamado al cielo maldiciendo mi destino?

Supongo que, como todos, infinidad de veces. En multitud de ocasiones nos hemos sentido tan azarosamente arruinados de espíritu que hemos clamado al cielo por nuestra mala fortuna.


Pero hoy no estoy aquí para eso, si no para todo lo contrario.

Me dijo una vez un gran amigo “Yo, soy un tío con suerte en la vida”. Yo, en ese momento me eché a reír pensando que se trataba de una de sus múltiples ironías, pero no, lo decía verdaderamente en serio. Él, supongo que al observar mi perplejidad me argumentó, “Tengo un trabajo del que no me puedo quejar, una mujer y dos hijos encantadores, y por si todo ello no fuera suficiente, tengo amigos que se desvivirían por mi si tuviese algún tipo de problema”.

De aquella conversación, que hace más de diez años que transcurrió, no recuerdo nada más, pero aquellas palabras se me quedaron grabadas en la mente de por vida. Y ¿Sabéis qué? Pues que tenía razón, y llegado el día de hoy, lo he comprendido en su totalidad, en su visión de conjunto, más amplia que la mía en aquellos momentos. En verdad es un hombre con suerte en la vida, yo creo que no por lo que tenía, si no por lo positivo de su pensamiento.

Yo, hoy estoy aquí para alabar a mi buena estrella. Aquella que hizo que las cosas buenas vinieran a mi vida y que las malas desaparecieran sin dejar rencor. Estoy aquí para alabar todas y cada una de las cosas que me gustan y que me hacen feliz, mi afición a la lectura (potenciada especialmente por uno de mis familiares), mi afición los interminables cafés, a saber escuchar, a no manipular las decisiones de los débiles.

A dar las gracias por poder ponerme delante de un texto en blanco y ser capaz de rellenarlo con símbolos comprensibles que pueden llegar a desatar sentimientos. Por tener cubiertas mis necesidades básicas y algunas más que malgasto en caprichos. Por poder ver el sol cada mañana con más ilusión si cabe que el día anterior. Por mantener intacta la capacidad de sorprenderme (pilar y guía de los curiosos).

A agradecer a mi estrella por guiarme con sabiduría, por poner a mi lado a mi gran familia, (en número y en calidad humana), a mis doce amig@s y los que han de venir,(no hagan cábalas, ell@s saben quienes son), y a todas aquellas mujeres a las que amé y a las que he de amar, (de éste grupo no doy número ya que podría haber sorpresas, y algunas que quizás creía poder pertenecer al mismo se viera de repente privado de él). Gracias por mantenerme con buena salud, por permitirme hacer lo que me gusta, por y dejarme seguir soñando con todo aquello que deseo y ambiciono, de verdad, gracias.

En fin, Estrellita, o Ángel de la guarda o lo que seas, a estas alturas sólo puedo pedirte que sigas haciéndolo como hasta ahora, que yo por mi parte, te seguiré dando las gracias y procuraré seguir siendo como siempre, ayudaré en lo que pueda a mis semejantes e intentaré que tu mensaje, el que me llevas explicando toda la vida, el de ser positivo aún en las circunstancias más adversas, el donar un abrazo o una sonrisa a aquel que lo necesita, aunque no lo pida, el regalar esa mágica palabra cada vez que pueda, que de la vuelta al mundo, pues hasta hoy no comprendí que:


YO SOY UN TÍO CON SUERTE EN LA VIDA.

miércoles, 14 de enero de 2009

AYER REGRESE DEL FIN DEL MUNDO


Acabo de regresar del fin del mundo, otra vez. No entiendo muy bien que me lleva una y otra vez a dicho punto geográfico cada vez que visito la región más occidental de nuestra península, es como una voz serena rompiendo en afilados acantilados que me llama y me impulsa a querer ver el Atlántico desde la costa da morte.


Admirando el bramido de las olas mientras asciendo a tan recóndito paraje, las milenarias rocas me hablan de leyendas ancestrales, de náufragos que aseguran haber visto al innombrable soplar las velas de sus naves hacia los afilados lages e islotes invisibles redondeados por el viento.




Una vez arriba, sentado en la musgosa roca que forma parte de la lengua del animal que palpita bajo mis pies, me dispongo a observar la batalla que, como cada día, librará el imponente océano con el astro rey, combate de luz y de sombras, de líquido elemento con tinieblas, de redondez del horizonte con linealidad elíptica de los planetas, de Padre Sol contra Madre Tierra.


La paleta de colores es extraordinaria, inverosímil, rosas apagados, y brillantes a la vez, sublimado por las brumas, rojos anaranjados menguando ante el frío azul cada vez más negro del cielo, y yo allí, siendo testigo de privilegio de tan impagable espectáculo, sintiéndome una pequeña partícula inservible y estéril de las fuerzas ancestrales, de cómo lo cotidiano para unos me resulta único en mi apreciación. De pensar que es algo que ocurre todos los días, (Ó ¿Debería decir noches? Quizás no, porque el día no se acaba hasta que no finaliza la contienda) a sentir que en mi apreciación es un hecho poco rutinario e increíble.


El Mar, o La Mar, como aquí la llaman, ha engullido a la esfera naranja dejando en el horizonte una línea. Hasta éste instante no soy consciente de que, exceptuando el de la vista, mis sentidos se han apagado durante la batalla. Ahora vuelvo a sentir el vendaval en mi rostro, el rugoso y gélido tacto de la roca en mis manos, el intenso y salubre frío de la bruma en mis apéndices y el rítmico latido de la criatura bajo mis pies.

Permanezco inmóvil unos instantes, asimilando lo ocurrido. Inicio el viaje de regreso, ojeo de soslayo el faro que anuncia a los navegantes los sortilegios que encierran éstas costas y me detengo ante el cancerbero cruceiro que preside la entrada o la salida de ésta puerta del Finis Terrae. Me santiguo y entono un murmurado padre nuestro, agradeciendo con él al creador por permitirme regresar, una vez más, de la tierra del fin del mundo.


Miña Terra Galega, Donde El Cielo Siempre Es Gris.
Miña Terra Galega, Es Duro Estar lejos De Tí.


viernes, 2 de enero de 2009

A LA ATENCIÓN DE S.S.M.M. LOS REYES MAGOS DE ORIENTE:

Queridos Reyes Magos de Oriente:

El pasado año no he sido malo del todo, con ello no quiero decir que haya sido del todo bueno, pero es que nadie es bueno ni malo del todo. Hubo otros años en los que fui más malo, lo noté el pasado año ya que pude dormir mejor y tuve menos problemas de conciencia, claro que el año anterior al pasado estaba un poco más activo y en el pasado me he dedicado a verlas venir y a esquivar las tempestades como buenamente he podido.

La vida me ha dado algunas que otras sorpresas el pasado año, tanto agradables como desagradables, no os sabría decir de que clase han abundado más, creo que la balanza ha estado muy equilibrada, pero también hay que tener en cuenta que tanto en las duras como en las maduras he hecho todo lo posible por minimizar tanto el éxito como el fracaso; lo primero para no suscitar demasiadas envidias, y lo segundo para no causar demasiados daños colaterales, aunque para ello me haya tenido que comer parte de mi orgullo y renunciar a cosas que realmente amaba. Por consiguiente, creo que ha sido un año de altibajos muy pronunciados, hubo meses en los que fui enormemente dichoso y desgraciado a la vez, pero intenté que los que estaban a mi alrededor no sufrieran estos cambios repentinos de mi sino usando mi coraza de la sonrisa cuando fue necesario o el tren del olvido cuando no hubo más remedio.

Me porté mal con personas que realmente me importan, pero tras reflexionar intenté solucionar dichos problemas. Ha sido un año de sinceridad, y claro, la sinceridad, aunque dicen que es una virtud, es también un arma de doble filo, sobre todo cuando la muestras en público. Hay gente que siempre sale perjudicada cuando se lava la ropa. Por otra parte, y en el mismo sentido, mis allegados me metieron las cabras en el corral más de una vez, pero en fin, son cosas que pasan y que volverán a pasar, no en vano me enorgullezco de tener los amig@s que tengo por ésta razón. (y por muchas otras que ahora no vienen al caso)

En fin SS.MM., que me he dedicado a vivir sin dejar de amar al prójimo, pero sin amarlo tampoco sobre todas las cosas, tarea arduo difícil, pues si difícil es poder cumplir los diez mandamientos de la ley de Dios, más difícil es el que nos encasquetó por último el catecismo ese que tuvimos que aprendernos de memoria los que hicimos la primera comunión a mediados de los ochenta.

Por eso para 2009, Graciosas Majestades, creo que sólo os pediré Salud para mi círculo familiar y de amigos (modificado ya que a algunos no le gusta la palabreja "amistades"), que la riqueza,(ojo, de espíritu), el buen humor y la cordura, ya lo pondremos nosotros aún en las situaciones más adversas.

A fin de cuentas no he sido tan malo, así que si os sobra algo del presupuesto…¿Me podéis traer el disco de Miliki? No es broma Majestades, lo pido de verdad, que seguro que a Baltasar le sobra uno del Top Manta.


Pd: Feliz 2009 a tod@s.

martes, 9 de diciembre de 2008

DÍA DE LLUVIA.

No es ningún secreto que me encantan los días nublados y con lluvia. Me fascina pasear por las mojadas calles de cualquier parte del mundo, pisoteando doradas hojas de árboles que caen por cuestiones climatológicas y regenerativas.

El murmullo de las gotas y el breve soplido del viento en mi cara o en mi nuca formando un sin fin de sinfonías nunca compuestas, que se parecen a todas y entre todas y que a su vez son únicas en su propia esencia.

Seguir con la mirada el cauce ocasional de un río poco caudaloso y de intermitente existencia, imaginando tras una empañada ventana sus sonidos y remolinos provocados por pequeños objetos lanzados por los viandantes, presurosos e inconcientes de la belleza que fluye a escasos dos centímetros de las suelas de sus zapatos.

Pensamientos perdidos e inconclusos tras la ventana, arriba el cielo, abajo el suelo mojado y dentro yo y mil imágenes de afectuosas caras y gestos, de miradas a los ojos, de tiernos tactos en aquel chaleco de suave lana verde que vestías bajo tu chaquetón rojo enguatado que levantaba torpemente para sentir tu cintura, de narices congeladas, de bufandas y guantes perdidos en los laberintos de desorganizados cajones de madera con fragancias de flores secas. Y todo ello en mi mirada que atraviesa el vidrio, mirando ahora sin ver el poco caudaloso e intermitente río casual provocado por la lluvia.




Parece que ahora cae más fuerte, las gotas se unen más en su desesperada caída y se hacen más grandes y veloces. Al sacar la mano por el ventanal para comprobar su temperatura provocan leves pinchazos. Está fría. El caudal del río ocasional crece, hace casi imperceptible las pequeñas piedras que aún asoman sus redondeados picos, y los objetos que antes formaban remolinos han sido arrastrados por la corriente, depositándose algunos en los laterales de la misma. Me acuerdo de los Lamas que presintiendo su muerte se retiran a reflexionar a inaccesibles cuevas del Himalaya sobre las tres grandes cuestiones del mundo: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos? Mientras, el líquido elemento rebosa de su improvisado cauce y es sesgado momentáneamente por la ruedas de los coches que secan brevemente la carretera mostrando sus anchas huellas. Todo cambia demasiado rápido para poder ser captado, las luces de los autos se reflejan en las gotas creando un inmenso crisol de ambarinos colores, imágenes fugaces por mi mente, todo cambia, todo fluye, todo se ilumina.

Imagino un pequeño barco peleando con las olas, golpeando el movible plano acuático mientras arrío la Mayor y la Génova antes de meterme en el camarote a contemplar el espectáculo por la escotilla de ojo de buey a esperar, sin prisas, que termine el temporal. Me veo dentro de una cabaña de madera oyendo el repiqueteo de la lluvia en su débil techo de troncos o bajo la cornisa de una parada de autobús, siempre disfrutando de la tormenta. Me veo en todos lados menos en el que actualmente estoy, pero de eso ni me acuerdo.

Lentamente mis pensamientos vuelven a la realidad. Miro el reloj, sólo han pasado quince minutos, lo que viene a ser un ratito, el que ha durado la dura descarga de la tormenta, ahora todo vuelve a fluir más lento. He de volver a mis obligaciones, me dice mi conciencia, y me dispongo a ello, más con el rabillo del ojo, y antes de darme la vuelta diviso las nubes altas y blancas que preceden a la tormenta, con sus redondas y esponjosas formas. Lo siento, por hoy las obligaciones pueden esperar un poco más, no me voy a privar de juguetear a que se parecen sus abstractas formas, aquella un águila, aquella otra el gorro de un pitufo, la de más allá un barco de guerra, esa que viene por allí …


Pd: Y es que no es más que un día de otoño desde mi ventana.

viernes, 14 de noviembre de 2008

TIEMBLEN CIMIENTOS DEL MUNDO

Tiemblen cimientos del mundo, tiemblen. Ya he hecho mis ofrendas a Marte, y como César, me dispongo a atravesar armado el Rubicón sin licenciar a mis tropas.

En mi ausencia he sido humillado, ninguneado y ultrajado, pero no he necesitado defenderme, los signos no me eran propicios, además esperaba que los antes considerados aliados reflexionasen sobre el hecho de tenerme como enemigo y rectificasen sus actuaciones, soy compasivo y comprensivo, pero llegado el momento he decidido tintarme la cara de rojo muerte, de rojo pasión y pasar a al ataque.



Mi ejército, otrora en los cuarteles de invierno, han roto en cantos y alabanzas hacia mí, al conocer la decisión. El sedentarismo no es vida para un combatiente, mucho menos para aquel que ha conquistado grandes territorios conociendo pocas veces la derrota, pero conociéndola, aprendiendo de ella. Es por lo que se que mi ejército es invencible.

Atrás quedaron los buenos propósitos e intenciones, ahora serán Marte, Plutón y Mercurio y no Juno o la Bona Dea los que rijan mi destino, todo ello con la ayuda del todo poderoso Júpiter.

El camino no será fácil, lo se, aún faltan muchos pies para entablar la batalla final, pero cada paso que avanzo se que queda uno menos. Mis enemigos son escurridizos, por lo que tendré que disgregar mis tropas cuando llegue el momento y a la vez estar en todos los frentes abiertos, tengo plena fides en mis lugartenientes, pero no sería justo que privase de mi estrella a mis combatientes, máxime tras saber que la moral de las tropas crece si me ven a su lado. Yo soy su estandarte, su símbolo, yo, el águila.


¿El motivo de la lucha? La venganza, la venganza nos hará libres, todos los míos han sido heridos por una u otra razón, y todos los suyos serán heridos de la misma forma, cada golpe se devolverá diez veces, y cada golpe en la batalla veinte. No os asustéis hermanos, conciudadanos, no somos despiadados, sólo estamos haciendo justicia, esto es: DAR A CADA UNO LO SUYO.

Lo que vendrá después será la paz, aunque la semilla del mal seguirá habitando entre nosotros, es un germen que habitará de por siempre en los corazones de los humanos, y renacerá como lo ha hecho en la época que nos ha tocado, pero ya será otra época, y ya serán otros, los que tomándonos por ejemplo, al igual que nosotros lo hacemos con nuestros mores maiorum, tengan que batallar con ellos.

Avisados quedáis, casposos portadores de anchas patillas y círculos aledaños, falsos portadores de multitud de engaños, egoístas de la verdad ávidos de apariciones públicas y faltos de escrúpulos por el afán del protagonismo, avisados quedáis. Temblad porque J.A.S. ha vuelto al frente de la Decimo Tercera con la consigna de no hacer prisioneros y apoderarnos de todo el botín.

Ya están afilados los gladius y los pugios, ya limpios los escutum y los pilum, reluciente mi galea y mi lorica segmentaria. Ya rezadas las oraciones. Marchemos pues a la batalla y propicios días para tod@s y que Marte sea con vosotros.


Pd: A mi Amigo Perezoso, aquel que acuñó la célebre frase que sirve de fórmula para reconocer a nuestros enemigos: “PerrosFachasPijos”

jueves, 30 de octubre de 2008

QUE SE APAGUE LA LUZ DE LAS ESTRELLAS

Espero que no sean supersticiosos, y a los que lo sean les recomiendo en éste mismo instante que dejen de leer.

Resulta que como se aproxima la importada fiesta de Halloween a nuestro calendario, y que como a mi eso de la importación de fiestas extranjeras no me sienta muy bien y que la corriente histórica que me motiva no es la anglosajona si no la latina, el gregoriano con su santoral en toda regla, me indica que nos aproximamos a las fechas de el día de los difuntos y el de todos los santos.

Paseando por el centro, y al ver las floristerías en plena ebullición de encargos para la citada fecha, me ha dado por pensar algo que desde la más remota antigüedad ha sido motivo de preocupación por parte de todos los humanos:

¿Cómo será el día de mi muerte?

Espero, como todos los que aún continúan leyendo, que me abrace dormido, sin darme cuenta. Es algo obvio ¿No creen? Nadie está exento de dicho pensamiento, a nadie le motiva, creo yo, que esa pérdida de 21 gramos de peso y el cumplimiento de los distintos requisitos a los que hace referencia la doctrina jurídica en relación al artículo 32 del Código Civil que da lugar al cambio de estado sea de forma dolorosa.

No voy a entrar en el peliagudo tema de que se oculta detrás de ese momento, que si un túnel, que si el paraíso, que si el juicio final etc… (Para gustos los colores). No, sobre eso me da aún más miedo pensar que sobre la muerte en sí, ya os lo contaré si puedo y en su momento, si es que vuelvo y me acuerdo, que ese es otro tema.

Lo que me preocupa es como discurrirá el día. Supongo que mis allegados se irán dando la noticia unos a otros, afectando a unos más que a otros y sin saber que decirse entre ellos, es por ello que os pido que evitéis, llegado el momento de usar frases banales para rellenar la conversación a la que da lugar con la comunicación de la noticia, frases como “se veía venir”, “le llegó su hora”, “se lo llevó con Él” y el sin fin de formalismos lingüístico-parlantes que todos tenemos preparados para dichos eventos (por cierto, alguien debería sacar una lista a fin de tener una variedad para ser usados).

Tampoco quiero plantos ni plañideras, es ley universal, de pronto estás y al rato ya no estás, es sólo eso, así que nada de lágrimas, ni tan siquiera de impotencia, a todo cerdo le llega su San Martín, y yo no iba a ser menos (y no es que me considere un cerdo, pero es que no he encontrado otro símil mejor, que le voy a hacer, algunos lo expresarán así y yo ya en ese momento poca defensa podré plantar).

Tampoco quiero flores ni coronas con frases, pienso que las flores son para las mujeres guapas y los pasos de Semana Santa y eso de que “Tus ………… No Te Olvidan” ya lo se que será así, absteneros por favor, si no voy a poder leerlo, y además, pretendo ser incinerado, no hagáis que me quemen con ataúd, flores y demás, que sea una cosa rápida (por cierto, que alguien iguale a los que se dispongan a portar el féretro y organice los relevos. Que me lleven sobre los pies, nada de cambios, que bastantes empujones y embestidas del destino sufrí ya en vida).

Lo que más me preocupa, y no se muy bien la razón, es mi epitafio, quizás por la creencia romántica que encierra el concepto. Cada cual me recordará conforme a las vivencias que compartimos, pero el epitafio quedará grabado en piedra. Para todos. Para siempre.
Por ello quizás sea lo que más me preocupe. Debería ser algo que ensalzara mis buenas virtudes y camuflara mis muchos defectos, empresa nada fácil, es por lo que considero que debería ser algo corto y bonito, al estilo del que le hizo Mika Waltari con Sinuhé, con solemnidad y un toque de humor. Es por lo que apelo a vosotros para que me ayudéis a realizarlo en los comentarios, a fin de tenerlo todo preparado para cuando llegue el momento.

Mientras tanto, y para no asustaros usaré el que hasta hoy creo que será el mejor:

“Que El Infierno Me Espere Largos Años, Y La Muerte Me Perdone Por Mi Ausencia”
“Hoy Fuimos Jóvenes, Mañana Habremos Sido”
“Mis Crímenes No Me Quitan El Sueño”
“Que Me Tengan Los Banqueros En Sus Cuentas, Y Me Odien Los Maridos Traicionados”.
“Que Se Apague La Luz De Las Estrellas”


Pd: De mi escasa herencia y sus legados hablaré otro día, que es que hoy no he encontrado ningún notario, aunque lo podría hacer cerrado y ológrafo, pero es que hoy no tengo ganas.