sábado, 26 de julio de 2008

Alexandro tiene un castillo.

Su nombre es Alexandro, Alexandro Dragosi, y tiene un castillo. Atravesó los Cárpatos y llegó a los valles centrales de la antigua Dacia junto a su mujer Ioana Camelia buscando un lugar mejor para vivir, que no más bonito, se establecieron en Alba. Ioana era hija de un pastor que siempre la llevó de trashumancia por toda Transilvania y entre risas dice haber visto a hombres lobos y a vampiros.

Alex es electricista pero no ejerce. Dice ser pariente de Drácula, eso comenta entre risas, pues a pesar de vivir en su castillo el lujo no le sobra. Afirma que ese parentesco con la figura del vampiro fue lo que le hizo enamorar a su mujer, aunque ella asegura que fue ella la que lo hechizó con los conjuros milenarios acumulados generación tras generación por las féminas de su familia.

Cuando su país entro a formar parte de la Unión Europea, el 1 de enero de 2007 su hijo Cösmin acababa de cumplir los 16 años, lo recuerda como si fuera ayer, esperando en el hospital de Alba mientras el resto de sus paisanos celebraba el nuevo año.

Su hija Marinela nació dos años antes, en un pequeño pueblo de Bihor, Cata Covasna, también en Transilvania y fue violada en Bulgaria, al principio de comenzar su periplo por Europa. Marinela quedó encinta y parió en Italia, un niño al que llamaron Bogdan y al que pusieron el apellido de su abuelo, Dragosi. Alexandro asegura que en un principio hubiese dado a la criatura en adopción, por proporcionarle un futuro mejor allí en Italia, pero ahora estaría dispuesto a matar por el pequeño Bogdan.

Salieron de Alba montados en un Lada en el que intentaron meter todas sus pertenencias, bajaron a Bulgaria, de allí a Serbia, de Serbia a Hungría y después Austria. Esto ya es otro mundo, pensó Alexandro al llegar a Viena, pero prosiguieron hacia el sur, llegando a Italia. Le pregunté el por qué de tanto tiempo para atravesar éstos países, y me contestó que en Serbia les robaron el Lada a punta de pistola y que gracias a Dios los ahorros económicos los había escondido Ioana pues de no haber sido así habrían muerto. Al menos no violaron a nadie ésta vez. Alexandro presume de la belleza de las dos mujeres de su casa, ambas rubias y de ojos de zafiro, con la piel tostada por el sol. Se sabe fuerte para protegerlas con la ayuda de Cösmin que ya es todo un hombre.

Eso de que Cosmin ya es todo un hombre lo recalca vanagloriándose, Cuenta como protegieron el castillo de los Zíngaros con piedras y como se enfrentaron a los Romanos cuando quisieron desalojarlos, que al final lo consiguieron, aunque no dejaron una dotación adecuada para retener el castillo y lo abandonaron esa misma noche tomando tan sólo la precaución de poner un candado en la puerta. Candado que reventó con sus artes nada más ver que se alejaban, pues como él dice, los Romanos conquistan para hacer ver al resto de los habitantes de la Urbe que hacen algo, pero después olvidan y los dejan vivir tranquilos hasta la próxima vez, una cada seis meses más o menos.

Tras reponerse Marinela del parto un compatriota le recomendó venir a España, al sur, buen clima y muchas oportunidades laborales, y así lo hicieron, atravesando a pie el sur de Francia y el levante español, viviendo de la caridad de los pueblos, pues en las ciudades por lo visto no eran tratados demasiado bien. Fue así como llegaron a Sevilla.

Todo me lo contó mientras andaba por uno de los caminos que discurren junto al Guadalquivir, olía a alcohol y empujaba un carro del Carrefour con chatarra. No me atreví a decirle que su castillo no es más que una caseta que el ayuntamiento de Camas tiene cedida a Emasesa, que sus murallas no son más que la acotación que produce el alambre al amarrarlo a cuatro pilares dispuestos en paralelo dos a dos y que su foso la cuneta de las aguas residuales del aljarafe que van a parar al Guadalquivir, no me atreví, y menos cuando me dijo que sabía que las leyes españolas le permitían poseer su castillo si permanecía en él diez años.

Lo vi tan feliz que no supe decirle que los bienes de los ayuntamientos son públicos, y como tales inembargables, imprescriptibles e inalienables, por lo tanto nunca podría operar la prescripción adquisitiva o usucapión, que es lo que él pretende, no, no seré yo quién le diga que los Romanos son la Policía Municipal ni que a los Zíngaros aquí los llamamos gitanos, y que seguramente querían la casetilla para vender o trapichear con sustancias ilegales. No, nada de eso le diré porqué se perfectamente que él lo sabe.

No hay que nacer precisamente en La Mancha para ser un Quijote. Cuando llega a su caseta, perdón, su castillo, Ioana lo besa dulcemente en la mejilla, y mientras Bogdan sale corriendo hacía él, Marinela sonríe tierna y orgullosa al ver llegar a su padre y a su hermano. Sí, es verdad, tiene un castillo y es el señor del mismo, el caballero que tiene el honor de defenderlo a pesar de tener que ir a buscar chatarra para subsistir y sobras de verduras los fines de semana del mercadillo del Charco de La Pava.

Castillo real de Alexandro, a la rivera del Guadalquivir.

10 comentarios:

nefer dijo...

Estas historias ciertamente ocurren a nuestro alrededor. Y lo que para nosotros sería una tragedia, para otras personas es la oportunidad de intentar vivir bajo un techo, sin meterse con nadie, recogiendo su chatarra y pidiéndole a Dios, porque también lo tienen aunque se presignen al revés, o al derecho según se mire, que puedan dormir tranquilos una noche más para poder amanecer todos juntos.

Quizás deberíamos apreciar más las cosas amigo.

GENIAL RUBIA.

1BESO.

J.A.S. dijo...

La foto es real, si vais al google earth vereís que el lugar existe, está saliendo por la carretera antigua de Camas, por el carril bici, enlazado por la Cartuja, y que está habitado efectivamente por una familia de rumanos. Del resto de la historia pensad lo que queraís, yo lo de que es pariente de Drácula tampoco me lo creo.

Nefer, tu y yo venimos de barrios dónde hasta hace poco había gente empujando carros de chatarra y no eran del este de Europa. De eso no hace tanto tiempo, por eso sabía que entenderías perfectamente éste pequeño homenaje.

Un beso.

Anónimo dijo...

Manueeeee....todos nacemos locos,unos se curan y otros siguen asi..seguro que Alexandro es mas feliz con su castillo y sus historias k mucha gente con las que nos cruzamos a pie de calle...Es esplendido tener algo y luchar por ello(aunk sea una casetilla de la luz k no sikiera es tuya),defenderlo hasta el final y dar la cara sea quien sea el que tengamos delante.Como bien dijo Giacomo Leopardi(Poeta y erudito italiano),"La felicidad está en la ignorancia de la verdad",kizás el sepa toda la verdad...pero yo personalmente preferiria vivir en esa mentira maravillosa y k m tomen x loco antes de asumir k vivo en este mundo tan injusto!!1 Saludo Manue y recuerda...¡¡¡Xupitooooooooooooooooooooooooo!!!!

J.A.S. dijo...

¿Acaso sabemos el punto de inflexión ente la realidad y la ilusión?

Tal vez sea cierto Necrote, tal vez merezca más la pena luchar por esa maravillosa mentirá que vivir siendo consciente de todas las injusticias de la cruda realidad.

Bienvenido Manué a ésta tu casa, y para siempre: Xupitooo...

Un Abrazo.

Hellky dijo...

Si muchos tuviésemos la capacidad de convertir la realidad de cada día en un cuento, nuestro propio cuento, en ocasiones no sería tan complicado ser feliz.
Un besote.

J.A.S. dijo...

¿Pero no sería eso un poco peligroso hellky? ¿No viviriamos para siempre engañados?
No lo se, la verdad, no tengo respuesta para éstas preguntas.

1beso y bienvenida.

Hellky dijo...

Supongo que podría ser peligroso si llega el momento en que no disciernas tu realidad de la realidad que te rodea, pero si buscas la felicidad y eres feliz así....
En fin, yo tampoco se, jejeje.
Un besote.

Anónimo dijo...

Madre mia j.a.s. que tu sabes de mi pereza en leer tanto a ver si puedes poner lo de la pagina de jesus alvarado eso que le das al botoncito y te sale un nota contandote la historia... ahora fuera de coña esto no es una historia de las que empiezan once upon a time sino que es la vida que nos ha tocado vivir
y nos podemos sentir privilegiados por nuestra situación eso si una primitiva no nos vendría mal...

Ciao

J.A.S. dijo...

Hombre Perezoso, a Vde. si que no lo esperaba!!

Me apunto a lo de la primitiva, haber si así puedo contratar a alguien que me corrija las faltas de ortografía y me haga los resumenes de las entradas para Vde.

Ciertamente nos debemos sentir privilegiados por vivir como vivimos, pero tambien quiero recordar con ésta entrada que no hace mucho que nuestros mayores tuvieron que hacer lo que relato para buscar una salida.

Un abrazo y gracias por regresar.

Anónimo dijo...

Muy cruel la historia, como la vida misma . . .
En ocasiones deberiamos pararnos más a pensar en lo privilegiados que somos por tener lo que tenemos. Y no a discutir y a darle valor a las cosas que realmente no la tienen.
P.D; Me gusta er blog, sí señor.
P.D2; Haber si te veo por la Peña j.a., quiero comentarte una cosita.

Besos a todos, Alex.